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Unas enzimas, responsables de las arrugas de la piel

Unos minutos de exposición a la luz solar bastan para que unos compuestos del organismo desencadenen los procesos de envejecimiento de la piel, según han descubierto unos dermatólogos estadounidenses. Ellos afirman que unas enzimas denominadas metaloproteinasas pueden descontrolarse y destruir el colágeno y la elastina que mantienen tersa la piel.Los médicos saben que la luz del sol envejece la piel. Por ello la cara de las personas se arruga mucho antes que la piel de partes del cuerpo normalmente cubiertas por ropa. Pero hasta ahora no se entendía bien el proceso. Gary Fisher y sus colegas de la Universidad de Michigan (EE UU) han hecho unos experimentos exponiendo voluntarios a luz ultravioleta y, para garantizar que fuera piel poco dañada, eligieron la zona de los glúteos.

Los investigadores señalan en la revista científica Nature que han descubierto que tras pocos minutos dé exposición a la luz solar, unos compuestos denominados factores de transcripción, que estimulan la activación de los genes responsables de las metaloproteinasas, entran en acción. Se producen grandes candidades de esas enzimas -entre seis y sesenta veces la cantidad normal- en las primeras horas de exposición a la luz solar y la producción no cae a los niveles normales hasta 48 o 72 horas después. Fisher y sus colegas afirman que las cantidades elevadas de metaloproteinasas degradan el colágeno y la elastina en la piel. "Si este daño no se repara correctamente, se producen marcas por el efecto solar que, por acumulación a lo largo de una vida de exposición repetida a la radiación solar, puede generar envejecimiento prematuro de la piel", afirman.

El colágeno y la elastina son proteínas fibrosas, sus moléculas forman largas hebras, y contribuyen a mantener la piel firme y elástica. Pero dos o tres minutos de exposición al sol activan la producción de enzimas en la dermis que degradan las proteínas rompiéndolas en pequeños fragmentos e incluyen la colagenasa (que degrada el colágeno) y las estromelisina y gelatinasa (que degrada la elastina).

Algunos expertos señalan que el proceso descubierto puede ser el intento que hace el cuerpo para reparar el daño inducido por el sol. Bárbara Gilchrest , una experta de la Universidad de Boston, comenta que de alguna manera esos intentos fallan. Lo que ella encuentra más sorprendente es que cantidades muy pequeñas de luz solar desencadenen el proceso.

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