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El empresario Álvaro Baigorri seguía anoche en paradero desconocido

Jan Martínez Ahrens

El empresario Álvaro Baigorri Arina, de 60 años, seguía anoche en paradero desconocido. La última vez que se vio con vida al dueño del concesionario Audi-Volkswagen de la calle de Víctor de la Serna (Chamartín) fue el lunes. La familia, que denunció su desaparición el martes, mintió la noche del jueves cuando declaró telefónicamente, a preguntas de EL PAÍS, que Baigorri ya había regresado a casa, e incluso puso al habla con este periódico a un hombre que se hallaba en el domicilio y que suplantó al desaparecido en la conversación (que se reproduce íntegra hoy en la siguiente página). Un portavoz de la familia lamentó ayer esta farsa y la justificó por la "presión psicológica".La desaparición de Baigorri, como adelantó EL PAÍS ayer, desencadenó un impresionante despliegue en el que participaron la Unidad Central Antiterrorista y la Jefatura Superior de Policía de Madrid por medio de la Brigada de Información, la Brigada de Policía Judicial y la comisaría de Barajas. Fuentes de la investigación han calificado el caso de "muy extraflo". De hecho, la Dirección General de Policía mantiene abiertas todas las hipótesis, aunque resta credibilidad a la del secuestro, ya que no se ha recibido solicitud de rescate.

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Ayer, los investigadores seguían sin pistas fiables sobre su paradero. La hipótesis de que detrás del caso hubiese alguna causa económica cobró fuerza con el paso de las horas. La familia, sin embargo, afirmó que Baigorri recibió en las últimas semanas amenazas, aunque no especificó su procedencia.

Las declaraciones efectuadas ayer por los familiares chocan con sus falsas manifestaciones de la noche del jueves, cuando este periódico telefoneó a su domicilio para contrastar las informaciones de tres fuentes según las cuales el empresario madrileño se hallaba desaparecido. EL PAÍS publicó ayer los siguientes párrafos al respecto:

"Toda esta amalgama de explicaciones [las hipótesis de secuestro o desaparición por un asunto económico] se hundió supuestamente anoche. Sobre las 21.00, este periódico se puso en contacto telefónico con la familia Baigorri. Los parientes afirmaron que no sabían de ninguna desaparición y que el empresario estaba de viaje. Veinte minutos después, sin embarg9, en una segunda llamada, Alvaro Baigorri ya estaba supuestamente de vuelta. 'Ahora se pone', dijo su esposa.. Una voz de hombre irritado surgió del auricular. Parco en palabras, no quiso dar explicaciones, se escudó en que ya estaba de vuelta 'de un viaje' y, antes de cortar abruptamente la conversación, conminó: 'Sigan investigando".

El desarrollo de las conversaciones entre EL PAÍS y el domicilio de Baigorri fue, en síntesis, el siguiente:

- Primera llamada a la casa de Álvaro Baigorri Arina. 21.30. El periodista se identifica como redactor de EL PAÍS y pregunta si tienen alguna noticia sobre la desaparición de un empresario de venta de coches. La voz femenina que atendió al teléfono contestó: "Le voy a poner con mi madre, porque mi padre está de viaje". Acto seguido surgió por el teléfono otra voz de mujer. El periodista volvió a formular la pregunta. "No sé nada de ninguna desaparición", respondió la interlocutora. "¿Puedo hablar con su marido?", insistió el periodista. "Está de viaje", contestó la mujer. El periodista dio las gracias y se despidió.

- Comprobación. Debido a esas respuestas, EL PAÍS volvió a consultar a las fuentes policiales, que insistieron en que continuaban buscando al empresario.

- Segunda llamada. Cuando habían transcurrido 20 minutos desde la primera llamada a la familia, el periodista volvió a marcar el número del domicilio de Baigorri Arina. "¿Podría hablar con la señora de Baigorri Arina?", fue su pregunta. "Soy yo", respondió una voz femenina. El redactor prosiguió: "Tenemos constancia de que ustedes han presentado una denuncia por la desaparición de su marido, y ustedes nos dicen que está de viaje". La mujer contestó: "No, no, mi marido no ha desaparecido, está aquí. Ahora se pone". La espera duró cerca de dos minutos. Por fin, una voz de hombre respondió, y el diálogo fue éste:

-¿Es usted el señor Baigorri Arina?

-Sí.

-Nos han dicho que estaba usted desaparecido.

-No, he estado de viaje.

-Su familia ha presentado una denuncia por desaparición.

-Puede ser, pero, como ve, ya estoy de vuelta.

-¿Nos puede explicar qué le ha sucedido, dónde ha estado? La policía está detrás de usted, nosotros estamos investigando qué ha pasado.

-No voy a hablar más. Sigan ustedes investigando.

Y cortó abruptamente la comunicación.

En la mañana de ayer, una mujer que se identificó como prima de Baigorri telefoneó al programa Protagonistas, de Luis del Olmo, en Onda Cero. La mujer, que creía en la desaparición de Baigorri, mostró su sorpresa por la información de este periódico sobre su reaparición. Minutos después llamó al programa Protagonistas una mujer que se identificó como Carmen Ferreiro, esposa de Baigorri.

-Buenos días, ¿qué sabe usted de su marido? -le preguntó Luis del Olmo.

-No sabemos absolutamente nada, todo está en manos de la policía y, claro, nos ha extrañado muchísimo que haya salido esta información en el periódico cuando nosotros además... mezclan industrias que no son de mi marido, porque mi marido sólo y exclusivamente tiene el concesionario de Audi-Volkswagen de Víctor de la Serna. Nada más. No está relacionado con absolutamente nadie más.

La conversación con Luis del Olmo prosiguió sobre datos circunstanciales relacionados con el caso. En todo momento, la mujer daba a su marido por desaparecido.

Esa misma mañana, al conocer las declaraciones de la mujer, EL PAÍS llamó a casa de Alvaro Baigorri Arina. Descolgó el teléfono su hermano, quien se identificó como portavoz de la familia. El diálogo transcurrió así:

-¿Es la casa de Álvaro Baigorri Arina?

-Sí.

-¿Cómo es posible que la esposa de Álvaro Baigorri haya declarado en la radio que su marido sigue desaparacido cuando ayer nos dijo que había regresado e incluso nos puso en contacto con un hombre al que presentó como su esposo?

-Mire, lo sé, pero no vamos hacer ninguna declaración.

-¿Podemos hablar con la señora Baigorri, que acaba de llamar a la radio?

-No, entiéndanlo, no se va a hacer ninguna declaración.

-Pero si ella acaba de hablar por la radio, y además ayer nos dijo que su marido estaba en casa e incluso nos hizo hablar con un hombre al que presentó como su marido.

-Lo sé, lo sé y lo siento. Por eso mismo no se van a hacer más declaraciones.

-¿Y quién era el hombre con quien hablamos?

-Mire, Álvaro está en otras manos, y le ruego que deje la línea libre. Siento lo ocurrido.

Por la tarde, EL PAÍS volvió a ponerse en contacto con la familia. De nuevo habló el hermano de Baigorri.

-Acabamos de oír íntegra la grabación de Carmen Ferreiro en Onda Cero y no entendemos cómo ha podido decir que se "extrañaba muchísimo" por la información que daba a su marido por reaparecido.

-Le entiendo y la verdad es que tiene razón. Mire, ha sido la presión psicológica a la que estamos sometidos. Por ello hemos decidido no hacer más declaraciones.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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