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Un incendio con señales de atentado causa diez muertos en un refugio de extranjeros de Alemania.

Un incendio, provocado todos los indicios por tres jóvenes que actuaron por motivaciones racistas y xenófobas, causó la muerte de al menos 10 asilados asiáticos y africanos, entre ellos tres niños, y 50 heridos. El hecho ocurrió en la ciudad alemana de Lübeck, en la región del Báltico alemán, que parece haberse convertido en un nido de ultraderechistas y neonazis, donde en los últimos dos años la sinagoga judía de la ciudad ya había sufrido dos atentados.

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Un nido xenófobo

El atentado se produjo apenas 48 horas después de que ante el Parlamento federal (Bundestag), en Bonn, el presidente de Israel, Ezer Weizman, apelase a los diputados, en un discurso -el primero de un mandatario israelí en ese marco- a que, con conciencia del pasado, "se orienten hacia el futuro para percibir cada reacción del racismo y destruir el menor movimiento del neonazismo".La policía detuvo ayer en Lübeck a tres jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y los 19 años como presuntos autores del incendio, porque se encontraban en las proximidades de la casa incendiada a las cuatro de la madrugada de ayer. La fiscalía de Lübeck ha abierto un sumario contra los tres jóvenes por la sospecha de ser los autores de varios asesinatos e incendio intencionado. No obstante, la policía no excluye del todo la posibilidad de, que el siniestro se haya producido por un fallo técnico en la vieja casa donde vivían por lo menos 50 refugiados.

El de la madrugada de ayer ha sido, sin duda, el atentado xenófobo y racista más grave de los últimos años en Alemania. Las víctimas han sido en esta ocasión asilados africanos y de Oriente Próximo. Poco antes de las cuatro de la madrugada se inició el fuego en la vieja casa de planta baja, dos pisos y buhardilla. Más de un centenar de bomberos acudieron a sofocar el incendio, que duró hasta primeras horas de la mañana.

Se produjeron escenas dramáticas cuando las víctimas se lanzaron al vacío desde los pisos altos para salvar sus vidas. Las dificultades idiomáticas de los extranjeros complicaban todavía más las tareas de salvamento. Con la luz del día, la ciudad vivió los gritos desgarradores de los supervivientes.

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Testigo presencial

Un testigo presencial de la escena relata que podía entenderse una palabra, en medio de los lamentos, un término que parece ser común en cualquier idioma: "¡Racistas!". Un turco de una residencia vecina parece que declaró haber visto, a individuos enmascarados que arrojaron botellas incendiarias contra la casa. Este extremo no ha podido ser confirmado por la policía.

La rapidez con que se propagaron las llamas, que se iniciaron en el primer piso, hizo que casi todos los recluidos sufriesen heridas, y se teme que el número de víctimas aumente, porque, ante el peligro de hundimiento, los bomberos no pudieron entrar ayer en el edificio. En el hospital de la ciudad se encuentran varios heridos de gravedad. En la buhardilla de la casa siniestrada vivía una familia numerosa que todavía no ha aparecido.

La policía detuvo a tres jóvenes a unos 100 metros del lugar del suceso y, tras tomar nota de sus datos personales, les dejó marchar. En la mañana de ayer los detuvieron. Se trata de tres cabezas rapadas que residen en un pueblo del Estado vecino de Mecklemburgo-Pomerania occidental, en la antigua República Democrática Alemana. La imagen de los detenidos corresponde al retrato robot de los ultraderechistas.

El presidente federal alemán, Roman Herzog, que participaba en un acto conmemorativo del 125º aniversario de la Cámara de Industria y Comercio de Kiel, la capital de Schleswig-Holstein, dijo que si se confirmase que, una vez más , se trata de un atentado racista agradecerá que haya manifestaciones en contra. Ayer lo hacían varios centenares, de personas en Lübeck.

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