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Violado el gran secreto del Elíseo

El médico de Mitterrand cuenta cómo se ocultaron los pateticos últimos años del presidente

Enric González

La Asamblea Nacional y el Senado aún guardaron ayer un minuto dé silencio por el presidente difunto. Pero la subasta de los vivos ha comenzado ya. El primer ofertante es el médico personal de François Mitterrand entre 1981 y 1994, Claude Gubler, quien publica en un libro (El gran secreto, resumido en exclusiva por la revista Paris Match) las confidencias obtenidas a la cabecera de un enfermo. De la botica de Gubler nadie sale bien parado. Ni Mitterrand, que mintió a los franceses ocultándoles durante 11 años que padecía un cáncer. Ni Francia gobernada desde otoño de 1994 por un anciano permanentemente encamado en el Elíseo.Gubler revela que el 7 de noviembre de 1981, pocos meses después de su elección como presidente, Mitterrand se sometió en secreto a un examen clínico bajo el nombre de Albert Blot. En palabras del galeno, "la prueba específica del cáncer de próstata revienta las probetas. Las tasas son, insólitas. Diagnóstico: cáncer diseminado". Mitterrand decidió consultar a un gran urólogo francés, Adolphe Steg, quien examinó al paciente el 16 de noviembre de 1981, en un lavabo del Elíseo. El comentario de Steg a Gubler fue rotundo: "La media de supervivencia es de tres años, salvo casos rarísimos".Ambos médicos comunicaron el diagnóstico al presidente, pero no sus esperanzas de vida. "Estoy jodido", comentó Mitterrand. Le preguntaron qué debían decir a Danielle, su esposa: "Nada". ¿A quién, entonces? "A nadie". El boletín semestral sobre la salud del presidente tuvo que ser falseado desde entonces.

En 1988, Steg y Gubler consideraban milagroso que Mitterrand hubiera sobrevivido hasta ese momento. Pero Mitterrand se presentó a la reelección, y venció. Según Gubler, Mitterrand creyó en 1992 que la cirugía supondría el fin definitivo de su enfermedad. Cuando supo que no, se sintió "traicionado por la medicina" y se hizo "más irritable y agresivo". El 18 de julio de 1994 tuvo que volver al quirófano. Su esposa era operada del corazón ese mismo día en otro hospital y fue Anne Pingeot, la madre de Mazarine, su hija secreta, quien se encargó de velar al presidente. Relato de Gubler: "Mazarine viene a visitar a su padre varias veces, pero discretamente, entrando por una puerta de servicio. Los hijos vienen también y Jean-Christophe se encuentra con Mazarine, lo que provoca un incidente penoso, ya que ambos se desconocen".

Tras esa operación, el estado de Mitterrand se degradó rápidamente. "En noviembre de 1994 yo estimaba que François Mitterrand ya no era capaz de asumir sus funciones", escribe Gubler, rebatido ayer mismo por el primer ministro, Alain Juppé, entonces ministro de Exteriores. "En esa época", sigue Gubler en su libro, "su programa cotidiano se desarrollaba en la cama. Llegaba por la mañana al Elíseo sobre las 9.30 o las 10 y se acostaba hasta el almuerzo ( ... ). Ya no trabajaba porque nada le interesaba, salvo su enfermedad Ciertos días no tenía ni una sola cita. Única variante, los miércoles, cuando se vestía a causa del Consejo de Ministros".

El doctor Claude Gubler fue despedido en 1994 precisamente por insinuar que el presidente era incapaz de ejercer el cargo. Ayer, muchos colegas se declararon horrorizados ante su falta de respeto al secreto profesional. La familia de Mitterrand anunció acciones legales contra el médico y contra Paris Match.

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