Garzón procesa a los Charlines por tráfico de 535 kilos de cocaína
El juez Baltasar Garzón decretó ayer el procesamiento de 13 presuntos narcotraficantes integrantes del denominado clan de los Charlínes por delitos contra la salud pública y contrabando, como consecuencia del tráfico de 535 kilos de cocaína que el grupo trató de importar de Colombia. El magistrado ha fijado en 6.500 millones las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse por este caso, y ha ratificado la prisión para Josefa y Manuel Charlín Pomares, hijos del capo Manuel Charlín.El auto señala que Manuel Charlín Gama, sus hijos Josefa y Manuel Charlín, Manuel Baúlo (fallecido) y sus hijos Daniel Báúlo y Anselmo Baúlo, así como, Manuel Fernández López, formaron a principios de 1989 un grupo organizado dedicado al tráfico de estupefacientes y en especial al de cocaína.
A mediados de octubre de 1989 Manuel Baúlo, después de haber efectuado un transporte de entre 500 y 600 kilos de cocaína que introdujo en las costas gallegas en el barco Halcón II, propiedad de Manuel Charlín Gama, propuso llevar a cabo un nuevo alijo. La propuesta fue aceptada, aunque Josefa Charlín, que era quien llevaba la dirección de los negocios del clan respecto al tráfico de drogas mientras su padre estaba en prisión, advirtió que necesitaba la autorización de éste, que en aquellas fechas estaba preso en la cárcel de Córdoba.
Retenido como garantía
Manuel Baúlo y Josefa Charlín obtuvieron de Charlín Gama el visto bueno para la operación de importación de una gran cantidad de cocaína a bordo del citado barco. Baúlo se encargó de contratar a la tripulación, y el 25 de diciembre de 1989 el barco zarpó del puerto de Santa Cruz de Tenerife con destino a la zona de la Guajira, en Colombia, donde se transbordaron, desde una embarcación colombiana, unos 535 kilos de cocaína en paquetes sujetos con cintas, que fueron colocados en el interior de un contenedor con un ancla y dispuestos para ser arrojados al mar en el caso de que se presentaran dificultades.Realizado el transbordo, Daniel Baúlo Carballo, hijo de Manuel Baúlo, se pasó a la embarcación colombiana y quedó retenido como garantía de que el alijo se pagana. Finalizada la operación, el Halcón II puso rumbo a España, aunque tuvo que fondear en aguas próximas a Curaçao para que se le reparara una avería. Reanudada la marcha, la tripulación arrojó al mar toda la cocaína ante el inminente abordaje de una patrullera estadounidense. Esa circunstancia fue comunicada a los proveedores de la droga, que no creyeron la versión ofrecida y mantuvieron secuestrado a Manuel Baúlo hasta que Manuel Charlín Pomares pagó unos 60 millones por su liberación.
Manuel Baúlo Trigo falleció el 12 de septiembre de 1994 en Cambados (Pontevedra), víctima de varios disparos realizados por tres ciudadanos colombianos en represalia por haber colaborado con la justicia.
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