Nueva cita en primavera y tregua durante la campaña

Los partidos democráticos acordaron ayer una tregua en sus discrepancias sobre el terrorismo hasta la constitución del Gobierno que salga de las elecciones de marzo. La dura ofensiva de ETA en diciembre, la amenaza de una nueva oleada terrorista y la proximidad de la campaña electoral impusieron la reunión de la pasada semana del Pacto de Ajuria Enea y la celebrada ayer del Pacto de Madrid, tras 14 meses. Los partidos democráticos han conseguido salvar así la imagen de unidad frente a ETA, lo que ya es un valor en sí mismo.Ningún partido dijo ayer en Madrid algo distinto de lo expuso una semana antes en Vitoria. Ratificaron las líneas del pacto suscrito en 1988 y mantuvieron, sobre todo, el gesto unitario, que era de lo que se trataba. Tanto Francisco Álvarez Cascos, en nombre del PP, como lñaki Anasagasti, del PNV -los dos polos principales del conflicto- destacaron lo que les unía frente al terrorismo y dejaron de lado las discrepancias. Ni el PNV puso ayer sobre la mesa su polémica estrategia de acercamiento a HB para alcanzar el diálogo con ETA ni el PP volvió a la carga con su propuesta sobre el cumplimiento íntegro de las penas para los terroristas, en la que tiene enfrente al nacionalismo.Pero el valor unitario es meramente simbólico. Las estrategias dispares siguen ahí. El PNV pretende forzar la negociación con ETA por la vía de un acercamiento político al mundo de HB, y el PP exactamente lo contrario: que sean los violentos los que den el paso con una renuncia a la violencia. Mientras tanto, tratan de hacer valer la reinserción de los presos con la introducción del cumplimiento íntegro de las penas en el Código Penal.El compromiso que alcanzaron ayer los partidos no fue el de silenciar sus posiciones sobre el terrorismo. Es inevitable que se hable de ello en la campaña electoral. Y más aún en el País Vasco. Lo que acordaron fue evitar la "instrumentalización partidista" de sus posiciones y las descalificaciones a otros partidos para evitar que el terrorismo se beneficie de la división.

La prueba decisiva del pacto antiterrorista se jugará una vez constituido el nuevo Gobierno, con el horizonte de una legislatura. Los partidos se comprometieron ayer a esa cita clave.