Los socialistas concentran todo el poder en Portugal
Las tres últimas convocatorias electorales (municipales, legislativas y presidenciales) demuestran el progresivo ascenso de los socialistas en Portugal, que alcanzaron en las presidenciales del pasado domingo un triunfo histórico con la victoria de Jorge Sampaio.El Partido Socialista (PS) obtuvo en las elecciones municipales de 1993 un total de 1.950.133 votos (36,1%), rozó la mayoría absoluta en las elecciones generales del pasado octubre (casi un 44%) y afianzó su control político del país con la victoria del nuevo presidente, que obtuvo 3.038.418 sufragios (un 53,83%), a falta de seis centros electorales por escrutar debido a los intentos de boicoteo en aquellos comicios.
Los socialistas gobiernan los ayuntamientos de las ciudades más importantes del país (Lisboa, Oporto, Coimbra, Braga, Setúbal o Faro) mientras los socialdemócratas mantienen el control de algunos de sus feudos históricos de la zona norte y el dominio en las Azores y Madeira.
Aún así las cifras son elocuentes. El apoyo de los portugueses por el cambio socialista es significativo, si bien algunos analistas políticos consideran que "la victoria de Sampaio no es sólo una clara muestra de apoyo al PS sino que refleja, de forma clara, la desilusión y la frustración que ha provocado en el país la década cavaquista".
Por su parte, el PSD (Partido Social Demócrata, de centro derecha) obtuvo en las pasadas municipales 1.822.925 votos (33,7%), sufrió una rotunda derrota en las legislativas a pesar de lograr similares porcentajes de sufragios (un 33,9%) y ha confirmado su descalabro, anunciado por todos los sondeos, en las presidenciales del domingo.
La severa derrota sufrida por Aníbal Cavaco Silva provocó el abandono de la política del hombre que dirigió durante diez años los destinos de este país.
No obstante, el ex primer ministro conservador Aníbal Cavaco Silva obtuvo 2.605.900 votos (un 46,7%), aunque hay que subrayar que las presidenciales son unas elecciones personalistas a las que no concurrieron finalmente más que dos candidatos (se retiraron el comunista Jerónimo de Sousa y el candidato de extrema izquierda Alberto Matos).
El socialista Jorge Sampaio logró su victoria en todo el centro y sur del país, mientras Cavaco cosechó el apoyo unánime de toda la zona norte, el área más industrializada de Portugal.
Victoria clara
Los medios de comunicación portugueses calificaron ayer la victoria de Sampaio como "clara, nítida e inequívoca", aunque este rotundo triunfo no llegó a los niveles históricos "sin precedentes" que obtuvo el carismático líder socialista Mario Soares, que alcanzó en las últimas presidenciales portuguesas el 70,35% de los votos en unos comicios a los que se presentaron cuatro candidatos (el propio Soares, Basilio Horta, Carlos Carvalhas y Carlos Marques).La abstención en estas últimas presidenciales, según las cifras oficiales, fue del 33,62%, aunque el diario O Público asegura que más del 15% de las personas que figuran en el censo, deficientemente actualizado, "están muertas". Son los denominados electores fantasma que distorsionan absolutamente los análisis sobre todas las elecciones.
Los comicios legislativos del pasado mes de octubre tuvieron el índice de abstención más bajo de la última década, pero si se descuenta a los electores fantasmas esas elecciones serían las más concurridas desde la segunda vuelta de las presidenciales de 1986.
Con la victoria de Sampaio, los portugueses tienen por primera vez en la democracia una situación política inédita, en el escenario nacional: un Gobierno socialista, un control importante en los ayuntamientos, incluidos los de las principales ciudades del país, y un presidente de la nación de su mismo color político.
Para el presidente electo, Jorge Sampaio, comienzan ahora las verdaderas dificultades. Tendrá que responder positivamente a las acusaciones de concentración de poderes y a las exigencias de ser el presidente de todos los portugueses. Asimismo tendrá que enfrentarse a la herencia del presidente saliente, Mario Soares, un histórico lider socialista respetado y prestigiado internacionalmente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.