La victoria de Sampaio abre una grave crisis en el centro derecha

La elección del socialista Jorge Sampaio como nuevo presidente de Portugal con el 51,8% de los votos garantizará la estabilidad de un país que se enfrenta a serios desafíos en este final de milenio, al poner la presidencia y la jefatura del Gobierno bajo los auspicios de una misma ideología. La nítida victoria de Sampaio ha supuesto el definitivo entierro del cavaquismo. El gran derrotado en estas elecciones, el ex primer ministro conservador Aníbal Cavaco Silva, abandona la política con dignidad, pero deja abierta una grave crisis en el PSD (Partido Social Demócrata), que quizás organice un congreso extraordinario este mismo año para buscar su nuevo líder y redefinir su estrategia.

El deseo del fallecido ex primer ministro de centro derecha Francisco Sa Carneiro ("mayoría, Gobierno y presidente") se ha cumplido ahora, pero en las filas de la izquierda. Es la primera vez en la historia portuguesa, desde la nueva Constitución de 1976, que un partido concentra todo el poder político. Los socialistas han conseguido un presidente de la República, alcanzaron casi la mayoría absoluta en las últimas elecciones generales y gobiernan las capitales más importantes del país.La elección de Sampaio "garantizará", según Diogo Freitas do Amaral, actual presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, "el normal funcionamiento de las instituciones y asegurará los grandes equilibrios políticos que son necesarios para que el país viva en paz y armonía, y pueda disfrutar de todas las ventajas de una democracia pluralista como es la nuestra".

El embajador español en Lisboa, Raúl Morodo, destaca que la victoria de Sampaio viene a "confirmar la madurez democrática del pueblo portugués y el perfecto funcionamiento de las instituciones democráticas". "El nuevo presidente de la República", dice, "garantizará una estabilidad clara en el país que continuará la línea seguida hasta ahora por Mario Soares". El director del diario Público, Vicente Jorge Silva, destacaba ayer en un editorial el desafío al que se enfrenta Jorge Sampaio, que "va a ser el presidente portugués del cambio de siglo y del milenio; pero para esa fecha mágica del año 2000 Portugal se enfrentará a tiempos decisivos que se avecinan con la posible dimensión de una Europa unificada".

Libertad para elegir

Otros reconocidos analistas políticos portugueses destacaron que la victoria del candidato socialista supuso, ante todo, un voto de castigo a Cavaco y el definitivo entierro de la década cavaquista. "En este entierro desaparecen toda una clase de mandatarios que, bajo su sombra, podrían haber salido", opina Jorge Wemans, subdirector del mismo rotativo. "El PSD se queda ahora más libre para decidir su destino y su estrategia de oposición, sin tutelas del inquilino de Belém", el palacio sede de la presidencia. Wemans también cree que los electores "han rechazado un estilo de Gobierno que imponía soluciones tecnocráticas".Cavaco Silva perdió con dignidad. Reconoció que la derrota es absolutamente suya y tuvo palabras de elogio para su rival. Sereno y "con la conciencia tranquila", deseó a Sampaio lo mejor en las nuevas funciones que le esperan para bien de todos los portugueses".

Algunos dirigentes del PSD pretenden convocar un congreso extraordinario este mismo año para redefinir su estrategia después de las rotundas derrotas electorales que han sufrido en Portugal. "Es necesario elegir una nueva comisión política que clarifique las posiciones del partido", reconoció ayer uno de estos dirigentes. El secretario general de este partido, Fernando Nogueira, derrotado en las elecciones generales de octubre por el socialista Antonio Guterres, reconoció también que "es necesario encontrar un nuevo líder" que prepare al partido para los próximos desafíos electorales en Portugal.