El agua embalsamada supera ya el nivel del año pasado en las mismas fechas

Ayer fue el día en que, por fin, el agua embalsada en la región superó el nivel de enero de 1995. Los 141 pantanos de la provincia madrileña contenían, ayer 5 12,4 millones de metros cúbicos, lo que supone que están ya más llenos que vacíos: se hallan al 54,2% de su capacidad. El 10 de enero de 1995 había embalsados 511 metros cúbicos (54%). El registro del Canal de Isabel II supera de esta forma una barrera importante. La entrada de este año hidrológico (se cuenta de octubre a octubre) rompe, por el momento; la tendencia del anterior, que fue el año más seco desde 1912.

El violento aguacero de la noche del pasado lunes dio el empujón definitivo para qué el agua almacenada en Madrid supere: el nivel de hace justo un año. Esa noche, los embalses se llenaron con 16 millones de litros, según informó una porta voz del Canal de Isabel II. Pero esos 16 millones, no obstante, equivalen al agua que se consumen la región en tan sólo 12 días. Más datos: desde las nueve de la mañana del lunes hasta la misma hora de ayer los 14 pantanos recogieron 2.4 millones de metros cúbicos.La cantidad de agua embalsada ayer se aproxima a otra barrera. Se ha situado dos puntos por, debajo de la media del siglo, que asciende al 54% de la capacidad total de almacenamiento en la, región.

Pero el hecho de que se haya superado la barrera del 50% de la capacidad no es para lanzar las campanas al vuelo. En 1989 (último añ húmedo antes de que comenzase un periodo de sequía que se extendió hasta, octubre de 1995) los pantanos estaban llenos, en Madrid en un 76%; al año siguiente, 1990, al 82%.

Así que el canal mantendrá, no obstante, las medidas de emergencia, (el, trasvase de agua del embalse de las Picadas a Valmayor y el recurso a las aguas subterráneas) hasta, al menos, la primavera.

En cambio, lo más destacado es que en tan sólo 25 días, desde el 15 de diciembre, el agua que han recibido los embalses ha aumentado en 165,4 millones de metros cúbicos. Durante el pasado año fueron necesarios meses para que cayese esa cantidad de agua.

La entrada continua de frentes atlánticos ha roto el maleficio en las cuatro últimas semanas.

Aunque fuera de fecha (el régimen de lluvias en la meseta señala como meses más lluviosos noviembre y febrero), alcanzan la latitud peninsular, mientras que en los seis años anteriores las borrascas no se asomaban por la meseta.