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Los empresarios y los consumidores europeos pierden confianza

Los empresarios y los consumidores europeos no acaban de tener confianza en el futuro. La Última encuesta de coyuntura, correspondiente al mes de noviembre y divulgada ayer por la Comisión Europea, pronostica un mal cierre del ejercicio al confirmar que se mantiene la tendencia a la baja que empezó a señalar este indicador en enero de 1995. Los malos augurios de empresarios y consumidores parecen haberse confirmado con las cifras poco optimistas de la economía alemana, donde el paro ha crecido más de lo esperado y el déficit ha caído menos de lo previsto. A pesar de todo, Bruselas no corregirá a la baja las previsiones realizadas en otoño.La economía europea no acaba de encontrar la senda de crecimiento sostenido y duradero tantas veces pregonada por los ministros del Ecofin. A pesar de que Hans Tietmeyer, gobernador del Bundesbank, el poderoso banco central alemán, ha descartado que la actual ralentización del crecimiento Pueda desembocar en una recesión, los últimos datos de la economía alemana no invitan al optimismo. El aumento del paro en Alemania y el anuncio de Theo Waigel de que el gran motor de la economía europea no cumplirá el mítico criterio de convergencia del déficit público al término del pasado ejercicio ha caído como un jarro de agua fría en Bruselas.

Previsiones

A pesar de estas malas perspectivas, el portavoz del comisario europeo de Finanzas, Yves-Thibault de Silguy, aseguró ayer que Bruselas no corregirá a la baja las previsiones de crecimiento y de convergencia establecidas en el habitual informe económico de coyuntura, publicado el 20 de noviembre. Bruselas preveía entonces que Alemania cerraría 1995 con un déficit público del 2,9%. Theo Waigel aseguró el martes que la cifra será del 3,1%.Los malos augurios ya habían sido olfateados por el gran público en otoño. Así lo indica la encuesta de coyuntura de diciembre, publicada ayer, que recoge datos al cierre de noviembre. La encuesta confirma la tendencia a la baja del indicador de clima económico, que en noviembre se ha quedado justo en el l00, confirmando la lenta caída iniciada en enero de 1995, cuando marcó un máximo del 102. España es una de las pocas excepciones optimistas en este indicador, al subir del 99,1 de octubre al 99,2 en noviembre. Las caídas más profundas o más significativas se han dado en Bélgica (de 100,9 a 99,9), Alemania (de 99,4 a 99,2), Francia (de 100,2 a 99,7) e Italia (de 100,5 a 99,8). En el Reino Unido permanece estable en el 99,9.

El indicador se sitúa a la baja no sólo en el reflejo del clima económico general, sino también en la industria y, en menor medida, en el consumo y la construcción. También se mantiene a la baja el indicador avanzado para la economía de Estados Unidos y la economía mundial, aunque refleja un repunte de Japón.

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