Nunca llueve a gusto de todos
La fortaleza de la peseta ha puesto nerviosos a algunos grupos políticos, c lomo los nacionalistas catalanes, preocupados por el impacto de esta apreciación en la importante industria exportadora de su comunidad autónoma, y es motivo de preocupación, aunque de momento sólo muy ligera, por parte del Ministerio de Economía. Una peseta más fuerte encarece los bienes y servicios que se exportan y abarata los que importa Espana. Además mejora las perspectivas de -nueva reducción del precio del dinero y el coste de la deuda en divisas. En pocas palabras, nunca llueve a gusto de todos.Para los expertos, que calculan que por paridad de poder adquisitivo (PPA) -una instrumento que sirve para comparar los tipos de cambio en función del coste en cada país de una cesta de bienes- el cambio adecuado de la peseta está entre 83 y 84 unidades por marco. "Más fortaleza puede producir desequilibrios", señala Antonio Zamora, de Analistas Financieros Internacionales. Esta consultora cree que la reciente apreciación se puede ver compensada por la tendencia a la baja que están registrando los precios de los productos industriales, en parte gracias al descenso de las materias primas (como el petróleo y productos derivados) que ya se estaba registrando y que ahora será mayor gracias a una peseta más fuerte.
Precios industriales
Este factor, unido a la atonía del consumo interior en el último semestre, ya ha frenado el crecimiento de los precios industriales. Según los datos que hizo públicos ayer el Instituto Nacional de Estadística, éstos crecieron un, 6% en tasa acumulada hasta octubre. En ese mismo periodo de 1994, habían aumentado en un 7,3%. Asimismo, la posibilidad de que la fortaleza de la peseta anime al Banco de España a bajar sus tipos abarata el coste financiero de las empresas, lo que debería acabar reflejándose en el precio final de sus productos y servicios.De otra parte, AB Asesores cree que la atonía del consumo evitará. que se dispare la demanda de importaciones aunque baje su precio, por lo que descartan que tenga un impacto negativo en el déficit comercial.
Otra de las ventajas de una peseta más fuerte que destacan los expertos consultados es la reducción del coste de la deuda en divisas de algunas compañías, como es el caso de las eléctricas, y también del Tesoro. Las primeras, con un endeudamiento que ascendía a 3,491 billones de pesetas en junio de 1995 tenían a esa fecha el 24,4% de esta deuda emitida en divisas. El segundo, por su parte, tiene un 15% de su deuda total de 37 billones emitida en divisas.
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