El coste e ineficacia impulsan alternativas a la prisión en EEUU
Tareas civicas para la reinserción
Las cárceles norteamericanas están repletas. Hay 1,5 millones de personas en prisiones federales, estatales y locales en EEUU, Según la última estadística oficial, de diciembre de 1995, y que indica que el año pasado se estableció un nuevo récord en el incremento de la población reclusa. Los riesgos que implica la saturación, el enorme gasto económico del sistema penitenciario -20.000 nífilones de dólares al año (2,4 billones de pesetas)- y la comprobación de que el cumplimiento de la pena no redime al recluso están estimulando discretamente. iniciativas que modifican, sustituyen o acortán el tiempo que se pasa entre rejas. "La respuesta. a la superpoblación carcelaria es aumentar los tratamientos comunitarios de corrección", según Ken Kerle, de la American Jail Association, una organización que promueve alternativas a los métodos tradicionales de castigo de delitos con programas de. tareas cívicas, servicios comunitarios, reparación a las víctimas, supervisión y formación profesional. "Las cárceles se concebían como almacenes. para gente que no queríamos que estuviera suelta. En los últimos 20 años hemos entendido que el enfoque de "encerrarlos y a otra cosa "simplemente no funciona", asegura Kerle,'que recuerda que el 50% de los reclusos son prácticamente analfabetos. "Lo que esa gente necesita es tener la oportunidad de adquirir conocimientos que se valoren en el actual panorama. económico".
Pequeñas condenas
Dedra Grant-Wade dirige un programa del Departamento de Libertad Condicional de Nueva York. El objetivo es dar trabajo a delincuentes con pequeñas, condenas para que no tengan que cumplirlas en la, cárcel: "Se dedican a limpiar pintadas, a mantener parques y calles, o a adecentar solares. Vamos. a empezar a ir con ellos a los barrios más deteriorados para llevar algo de vida". Si no cumplen a tarea, volverán a la cárcel."Supone una auténtica disuasión para la reincidencia: eleva su autoestima, estimula el compañerismo, les hace sentirse apreciados. La gente les ve y . les da las gracias por lo que hacen y ,a veces les echan una mano. Para' los ciudadanos es también una prueba de que sus impuestos no se dedican a que funcione una cárcel", indica Grant-Wade.
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