Madonna, acosada
La cantante declaró contra el hombre que invadió su mansión para amenazarla de muerte
¿Nombre? "Madonna Ciccone". ¿Profesión? "Soy artista". Con este casi innecesario intercambio de palabras se inició anteayer la comparecencia de Madonna en el juicio que se sigue en Los Angeles contra el hombre que la asedió en su mansión de Hollywood y que llegó a amenazárla de muerte. Nadie dudaba de que la persona que testificó durante 75 minutos (y que en realidad se llama Madonna Louise Veronica Ciccone) era la misma que se ha hecho famosa y multimillonaria cantando versos como "Erótica, erótica,/ pon tus manos por todo mi cuerpo" o "Baja, ahí donde está caliente por dentro, / baja donde no, puedo esconderme,/ baja donde comienza la vida".Se trataba, evidentemente, de una formalidad procesal, el comienzo de un trago que Madonna no quería atravesar. Citada por la juez Jacqueline Connor para el martes, la cantante no se presentó y trató, sin éxito, de prestar testimonio a través de una cinta de vídeo pregrabada. Finalmente, el miércoles por la tarde, una Madonna muy ojerosa llegó al tribunal enfundada en un discreto traje negro y rodeada de guardaespaldas. Muy a su pesar, todas las televisiones de Estados Unidos. difundieron ayer una de las más espantosas representaciones conocidas de la artista, de 37 años, que tanto cuida, su imagen: la realizada por un anónimo dibujante de, la sala.
"Me siento increíblemente perturbada porque el hombre que amenazó mi vida esté sentado enfrente de mí y haya conseguido de algún modo hacer realidad sus fantasías", protestó Madonna frente a un jurado de ocho hombres y cuatro mujeres.
Según los abogados de la cantante, Robert Hoskins es un perturbado que debería pasar los próximos 10 años de su vida en la cárcel. Según los letrados del sospechoso, se trata de un vagabundo inofensivo, incapaz de amenazar a nadie. Este último enfoque parece contradecirse con el episodio ocurrido el pasado mes de abril, cuando Hoskins traspasó por primera vez la valla de la mansión de Madonna en las colinas de Hollywood y le dijo a uno de sus asistentes que estaba enamorado de ella y que' si no podía tenerla le iba a "rajar la garganta de oreja a oreja". Aparentemente,.Hoskins también dejó una sentida nota de amor en la que ponía: "Te adoro. Serás mi esposa para siempre".Al día siguiente de esta ocurrencia, 'Madonna se cruzó con Hoskins mientras iba haciendo footing por el vecindario. "Tenía una mirada enloquecida", declaró en el juicio. Me estaba mirando de una forma muy rara. Me volví a mi entrenador y e dije: 'Parece que han soltado hoy a los. locos". Cuando luego le explicaron , que ese individuo era el mismo que había entrado el día antes en su casa, Madonna dijo sentirse "violada y todavía más asustada que el día anterior". También explicó que desde entonces comenzó a tener pesadillas en las que Hoskins la perseguía por su mansión, un impresionante palacio con toques coloniales españoles que si llama Castillo del Lago y cuyo valor se estima en unos siete millones de dólares. El pasado'29 de mayo, Hoskins volvió al ataque y traspasó de nuevo los muros de la Propiedad. En esta ocasión, los guardas de seguridad le dispararon, causándole varias heridas en los brazos y las piernas. Al día siguiente, Madonna puso la casa a la venta.
Hoskins, a quien Madonna evitó mirar cara a cara durante su comparecencia, tiene 39 años y se enfrenta a un cargo de acoso otro de asalto y tres. de amenazas terroristas". Estaba previsto que el proceso contra él siguiera adelante en la tarde de ayer. La capacidad de Madonna para desencadenar pasiones sigue intacta catorce anos después de que editara su primer disco, Madonna. En el último, sencillo, You'll see, del que ha grabado una versión en español, reitera su intención de seguir sola por la vida, pero en una reciente entrevista de la cadena ABC dijo que ansiaba tener un hijo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.