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Siria e Israel se exigen mutuamente flexibilidad con el fin de alcanzar la meta de la paz en 1996

La segunda ronda de la reanudación de las conversaciones entre Siria e Israel se abrió ayer, cerca de Washington, con el optimismo de hace una semana, pero sin el asomo de euforia con el que concluyó la primera. Los intermediarios norteamericanos convencieron a las delegaciones de que era bueno que permanecieran en Estados Unidos durante la pausa de Año Nuevo, pero de declaraciones en Damasco y Jerusalén no se deducían avances. Ambas partes indicaban que la pelota estaba en el tejado de la otra, que debería mostrarse más flexible si deseaba ver la paz en este 1996.

El Departamento de Estado, en vísperas de esta segunda ronda, ha lanzado el mensaje de que las cosas van bien, sin querer dar la impresión de que la solución está cerca. Las declaraciones desde las respectivas capitales tampoco aportaron mucha luz al momento en el que se encuentra la discusión.El periódico oficial sirio Tishreen citaba el martes al primer ministro israelí, Simon Peres, para darle la razón sobre la necesidad de aprovechar la oportunidad de la cita de Wye Plantation, en la costa de Maryland, el lugar en el que se celebra la reunión. Pero, a continuación, el rotativo trasladaba a Israel la responsabilidad: "Israel podría hacer que las conversaciones fueran un éxito, con una paz honorable y auténtica que restablezca los derechos y que garantice la seguridad y dignidad a todos".

En Jerusalén, la respuesta corrió a cargo de Yossi Beilin, ministro del Gabinete y estrecho colaborador de Peres, que, ayer se mostró escéptico sobre la posibilidad de que 1996 sea el año del acuerdo de paz con Siria si Damasco no acepta los compromisos exigidos por Israel sobre las demarcaciones fronterizas, las garantías de seguridad y la normalización de relaciones. Beilin pidió más flexibilidad a Siria en el debate sobre la línea divisoria entre los dos países, y dijo que, "aunque los sirios estén dispuestos a que haya paz en 1996, si esta paz fuera según sus condiciones, me resulta muy complicado ver cómo la va a haber".

Estados Unidos, que aplica una fórmula de encierro físico y de mediación que recuerda a la de Dayton, trata de que el clima se mantenga caliente entre israelíes y sirios, y confía en que, después de la segunda ronda, las delegaciones coincidan en un calendario de negociaciones sobre el que el secretario de Estado, Warren Christopher, pueda presionar en su gira por la zona, que empieza el día 10. En la pausa del fin de semana, Denis Ross, el hombre clave del Departamento de Estado para Asuntos de Oriente Próximo, se ha entrevistado con las dos delegaciones en la discreción más absoluta. No ha habido contactos entré sirios e israelíes, según fuentes oficiales.

Uri Savir, jefe de la delegación israelí, aseguró el martes que no podrá haber acuerdo de paz sin una reunión entre los dirigentes de los dos países: "Si Siria está interesa da en la paz, calculo que esa reunión debería ocurrir a lo largo de 1996".

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