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La policía cree que ha desmantelado por completo la red que transportó las 36 toneladas de hachís

Las fuerzas de seguridad dan por desarticulada la red que intentó introducir en España 36.100 kilos de hachís por el puerto de Marín (Pontevedra), el mayor alijo incautado hasta ahora en nuestro país. En la redada fueron detenidas 17 personas en Galicia y Canarias y se intervinieron 200 millones de pesetas en divisas. Por primera vez, la introducción de la droga se enmascaraba tras una transacción comercial lícita: el transporte de una carga de harina de pescado en el mercante Volga I. El juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, coordinador de la operación, comenzó ayer a interrogar a los detenidos.

Bueren ordenó ayer el ingreso en la prisión madrileña de Carabanchel de los siete marineros rusos que integraban la tripulación del Volga I. Los marineros han asegurado que desconocían que el buque estaba siendo utilizado para transportar hachís, ya que no participaron en las tareas de carga y fueron contratados exclusivamente para la travesía por 100.000 pesetas, un sueldo diez veces superior al que suelen ganar en un mes en los mercantes rusos. Bueren decidirá si mantiene la prisión contra ellos tras interrogar a los otros diez detenidos.El gobernador de Pontevedra, José Álvarez de Paz, junto a mandos policiales y el jefe regional del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), se felicitó ayer por el éxito de, la operación antidroga y asegura que las fuerzas de seguridad "no bajarán la guardia" y "harán la vida imposible" a los narcos.

Al personal portuario de Marín (Pontevedra) no le pasó desapercibido el movimiento policial en los muelles durante los últimos días del año, que achacaron a una inminente operación antidroga. La relacionaban con un buque colombiano que periódicamente descarga plátanos en esos muelles y del que se ha sospechado que también pudiera transportar cocaína. La operación policial, denominada Operación Roco, se dirigía sin embargo contra el Volga I.

Este buque había salido del mismo puerto de Marín el 11 de diciembre, tras descargar 260 toneladas de atún. El viejo barco de 49 metros de eslora se llamaba entonces Paloma Rifer. Empleados del puerto recuerdan haber visto merodear por el buque a alguno de los ahora detenidos.

El día 28, el mercante volvió para fondear en las mismas aguas de la ría de Pontevedra, con la misma bandera panameña de conveniencia pero con el folio cambiado: ahora se llamaba Volga I y transportaba una mercancía bastante insólita por su escaso coste: harina de pescado.

El buque pertenece desde agosto a la armadora Valinia Trading Corporation, con sede en Panamá. Su participación en el transporte de hachís desde Marruecos ha sido coyuntural, según la policía, que desde hace meses centraba sus investigaciones en Jacinto Santos Viña, natural de Vilanova de Arousa y residente en Vigo.

Ostras y cocaína

Santos Viña alcanzó notoriedad en la comarca de Arousa hace cuatro o cinco años por ser el primero en importar ostras de Turquía. Antes había estado bajo sospecha policial como presunto implicado en una red de contrabando de tabaco capitaneada por el histórico Luis Falcó. Entonces ni siquiera llegó a ser procesado. La empresa de, ostricultura que constituyó con otros dos socios quebró y, meses después, uno de sus socios fue detenido en Portugal en relación con un alijo de 1.800 kilos de cocaína.Santos Viña se asoció para desarrollar esta operación de hachís con el canario Luis Pérez Luna, un empresario dedicado a la importación de carnes y otros productos alimentarios. Todo hace pensar que Pérez Luna era el principal financiador de la operación. En su domicilio de Las Palmas fue hallada importante documentación y más de 200 millones de pesetas en divisas, sobre todo florines y marcos. La policía detuvo a su esposa, a sus tres hijas y a una cuarta mujer cuya relación con la red no ha sido especificada.

Además, en Galicia fueron detenidos Julio Suárez Rodríguez, quien oficialmente se dedicaba a la exportación de pescados, y su cuñado Mario Álvarez Conde. La policía seguía sus movimientos desde hace varios meses.

El Volga I atracó en los muelles de Marín el día 29. La inminencia de las fiestas aplazó la descarga de las 90 toneladas de harina de pescado que oficialmente traía en sus bodegas consigna as para una fábrica de piensos de Poboa do Caramiñal (La Coruña). Apenas había empezado el martes la faena cuando la policía decidió intervenir. A la desesperada, el capitán del buque intentó utilizar un teléfono móvil que acabó arrojando al mar.

El registro del barco, realizado por agentes del SVA, desveló la importancia del alijo de hachís, camuflado bajo la harina en fardos de diez kilos. El cargamento resultó ser uno de los más grandes decomisados hasta ahora en Europa. "Sabíamos que se trataba de una operación importante, pero no pensábamos que tanto", declaró ayer el jefe de la Brigada Judicial de Galicia y coordinador del servicio, comisario Jaime Iglesias. La droga no iba a ser descargada en Marín, según dijo, sino en otro punto de Galicia que se prefiere silenciar porque las investigaciones siguen abiertas.

Los 36.100 kilos de hachís, valorados en más de 5.000 millones de pesetas, fueron cargados en el puerto normarroquí de Asilah. Es la primera vez que se utiliza un flete de tráfico comercial para camuflar un transporte de droga de tal entidad.

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