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La guerrilla zapatista anuncia la creación de una nueva fuerza política

Con el estallido de cohetes y el sonido de la marimba como telón de fondo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla indígena del Estado mexicano de Chiapas, celebró el lunes el segundo aniversario de su sublevación con el anuncio del nacimiento de una nueva organización civil que canalizará sus demandas y a la que invitaron a unirse a los "mexicanos honestos". El EZLN no desaparecerá, pero su esfuerzo más importante, indicó la dirigencia guerrillera, irá a partir de ahora por la vía política.

En la fría noche del 31 de diciembre de 1994, miles de indígenas de la Selva y los Altos de Chiapas, amontonados en camiones y mal armados, avanzaron sigilosamente para tomar las principales cabeceras municipales de la zona, en nombre de una revolución salida del túnel del tiempo. Los combates fueron breves, las bajas se calculan en 200, pero el impacto causado por semejante osadía sacudió los cimientos del anquilosado sistema político mexicano y obligó al Gobierno a abrir una negociación para atender sus demandas de tierra, libertad, justicia y democracia. El diálogo de paz sigue, si bien el Ejército mexicano ha ocupado ya el llamado "territorio rebelde" y dispersado a las bases zapatistas.En la madrugada del pasado lunes, como hace dos años, el viento gélido azotaba el rostro, de los mismos indígenas, reunidos esta vez en las enormes carpas de colores construidas en Oventic, una pequeña localidad de las montañas chiapanecas convertida ahora en un "centro cultural y espacio de interlocución civil". Después de un tira y afloja con el Gobierno, las tropas federales se esfumaron de la zona y a cambio de que los zapatistas se abstuvieron de mostrar las armas.

Mujeres, en rebozos azules y hombres con el, rostro oculto tras el clásico paliacate rojo danzaban con pasos muy quedos, sin sonreír. La chiquillada correteaba en el barro. Junto a ellos, decenas de "internacionalistas solidarios" resistían la tiritona y se hacían fotos para ilustrar sus aventuras de Año Nuevo.

Nueva etapa

El sonido de una campana indicó la entrada de 1996 y una enorme ráfaga de viento acabó por arrancar la última lona de colores que coronaba el escenario. En ese momento, varios dirigentes guerrilleros ocuparon el estrado. El subcomandante Marcos, el carismático líder zapatista, no apareció, pero su inequívoco estilo literario estaba detrás dé la IV Declaración de la Selva Lacandona, leída con voz clara y fuerte por la mayor Ana María.La insurgencia, dijo, abre una nueva etapa en la lucha por la liberación nacional comenzada en 1994. "El EZLN no desaparece, pero su esfuerzo más importante irá por la lucha política" a través de la formación de una nueva fuerza, el Frente Zapatista de Liberación Nacional, "organización civil y pacífica" alejada de los partidos.

El Frente Zapatista, que nace con el espíritu indígena que junto con el EZLN volvió a bajar de las montañas", pretende aglutinar a "quienes tienen el corazón y el pensamiento en el lado izquierdo del pecho" en la lucha por la democratización y por la construcción "de una patria plural, en donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos, la caminen, que todos la rían, que la amanezcan todos".

En lo que es ya su enésimo llamamiento a la participación de la denominada "sociedad civil", Marcos insta a todos los grupos a unirse al Frente Zapatista en la formación de un amplio movimiento opositor, sin aspiraciones de poder. No queda claro el papel del EZLN, cuya capacidad militar, que nunca fue grande, ha quedado muy mermada tras la entrada de las tropas federales en la zona el pasado 9 de febrero.

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