Un panarabista menos complaciente con Occidente

El príncipe heredero, Abduli Ben Abdel Aziz, de 71 años es uno de los más de 30 hijo que todavía viven del prolífico rey Abdul Aziz, popular mente conocido como Ibn Saud, que antes de morir en 1953 tuvo tiempo de engendrar 44 hijos con sus 22 esposas.El hermanastro del rey Fahd, que desde ayer ha pasado a desempeñar de forma efectiva, aunque de momento temporal, la jefatura del Estado en Arabia Saudí, es visto por diplomáticos acreditados en Riad y analistas árabes como un panarabista, de pensamiento todavía más conservador que Fahd y menos complaciente con Occidente.

"No va a ser tan abierto con los extranjeros como el rey Fahd", aseguró ayer un diplomático en la capital saudí. Sin embargo, señalaron otras fuentes, las diferencias se cifrarán más en el estilo de gobierno que en el conjunto de su política. "La apariencia será muy similar, porque si no fuera así no se habría convertido en príncipe heredero", añade otra fuente. Miembros del cuerpo diplomático acreditado en Riad suelen referirse al panarabismo de Abdula, y destacan sus estrechos vínculos con Siria.

Hasta ahora, Arabia Saudí ha hecho hincapié en la importancia de sus relaciones con Occidente en general y con EE UU en particular. Los especiales vínculos con Washington datan de 1932, cuando el rey Abdul Aziz, fundador de Arabia Saudí, permitió a una compañía estadounidense realizar prospecciones petrolíferas.

El príncipe Abdula, un avezado jinete, encabeza desde 1962 la Guardia Nacional: una fuerza de 57.000 hombres entrenada por instructores estadounidenses, en la que tienen especial preponderancia diferentes tribus saudíes, y que está encargada de la protección de las instalaciones estratégicas, incluidos los pozos petrolíferos. Educado por tutores privados dentro del reino, Abdula no habla inglés.