Cien años de fantasía

El 28 de diciembre de 1895 era un día frío en París. (...) Treinta y tres personas, para ser exactos, entraron en el Grand Café y pagaron un franco para ver Lumières Cinématograph. Se convirtieron en la primera audiencia de cine, testigos del nacimiento del medio de entretenimiento y comunicación cultural, probablemente, más importante e influyente jamás inventado. Una de las razones del éxito del cine es, paradójicamente, su simplicidad. La mayoría de las técnicas y movimientos de cámara que se ven en las películas modernas son, esencialmente, los mismos que los de aquellos pioneros de los tiempos del cine mudo. Es muy positivo el modo en que el cine ha construido una experiencia coraún para una audiencia mundial. Las historias de sus éeroes y heroínas se han convertido en una lingua franca (...). La muerte del cine se ha predicho cada año. Se decía que la televisión lo mataría, y de hecho las audiencias cayeron en picado, álcanzando un mínimo en 1984. (...) No ha ocurrido así. El cine ha tenido un renacimiento, y en los, últimos meses, con audiencias de casi el doble que hace una década, MGM y Warner Brothers han anunciado planes extraordinarios de mayores y nuevos complejos cinematográficos en los centros de las ciudades británicas. ¿Por qué? Probablemente, porque, incluso en la más atomizada de las sociedades los seres humanos sentimos y necesitamos compartir nuestras fantasías y nuestra emoción.29 de diciembre