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Una fórmula simple

"Nuestra fórmula es simple: trabajamos más duro que los demás", afirma Halil Ibrahim, un ex alcalde y candidato a diputado del islamista Partido del Bienestar (RP). Ésta es, indudablemente, la gran verdad del RP, un partido que goza de una organización casi inimaginable en el casi caos turco.De haberse observado detenidamente la labor de barrio que el RP desarrollaba, el resultado de los comicios locales de marzo del año pasado, en los que los islamistas ganaron las alcaldías de Ankara, Estambul y otras muchas grandes ciudades, no habría chocado tanto. "Visitamos cada casa, cada aldea. Hablamos con todos, incluidas las familias de los candidatos de otros partidos. Creemos en nuestro trabajo y seremos los ganadores", añade Ibrahim.

El RP lo mismo regala (los regalos están prohibidos en estas elecciones) queso a quien no puede pagarlo que convence al tendero de que alargue los plazos de la deuda de tal o cual cliente, que saca de la nada becas para estudiantes. El RP se dedica a la búsqueda de un contacto directo con el votante, algo olímpicamente despreciado por los demás partidos políticos, que aseguran que sus intereses son "nacionales" y no pueden entretenerse en nimiedades de particulares.

Necmettin Erbakan, el líder del RP, subraya que su partido no recibe fondos de Arabia Saudí ni de Irán, sino simplemente donaciones de sus adeptos en Turquía y en el resto del mundo. Pero lo cierto es que este partido dispone de muchos más fondos que los demás. "Desde que Tansu Çiller está en el poder [junio de 1993] se han abierto más de 200 escuelas coránicas y éstas son las fuentes de las que los niños y los jóvenes turcos beben islamismo", señala la viuda del director de cine Onat Kutlar.

"Yo soy un hombre de negocios y los negocios no entienden de religión, pero tengo que decir que desde que Tayyip Erdogan (RP) es alcalde de Estambul las cosas funcionan mejor y ha logrado poner fin a las comisiones que cobraban los funcionarios", señala Recep Aksakal, que se dedica a la importación de radares y alta tecnología para la navegación. "Falta aún mucho por hacer, empezando por las mafias que controlan la ciudad", añade.

El trabajo realizado estos meses en las alcaldías es el principal cartel del Partido del Bienestar. Empeñado en proyectar una imagen de Estado, Erbakan ha elegido para el Parlamento a los candidatos más moderados, muy lejos del populismo y los extremismos islámicos utilizados en la campaña electoral de 1994. Continúa, sin embargo, sin designar a una sola mujer para ocupar un escaño del Parlamento, lo que le está valiendo las críticas de muchas.

"Los islamistas turcos no son como los saudíes. Aquí no van a prohibir el alcohol, ni a tapar a las mujeres con chador (velo). Los islamistas turcos lo que pretenden es mejorar el nivel de vida de la gente y poner orden en Turquía", señala convencido uno de sus votantes, un camarero- que gusta de beber raki (licor anisado que se sirve mezclado con agua).

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