La OTAN exige libertad de movimientos para la fuerza de paz en Bosnia
, Los jefes de la OTAN han comenzado a empuñar el timón de la situación en Bosnia reuniéndose ayer en Sarajevo con los responsables militares de los antiguos bandos en guerra. Mientras en el aeropuerto de la capital bosnia discurría el encuentro, las tropas de la Alianza hacían su primera exhibición de fuerza desmantelando barricadas y colocándose en la línea de confrontación entre bosnios y secesionistas serbios.
El almirante estadounidense Leighton Smith, comandante en jefe de la IFOR o fuerza de aplicación de los acuerdos de paz, se ha mostrado inicialmente satisfecho con la cooperación de los generales bosnio, serbio y croata.
El jefe militar bosnio, Rasim Delic, y el general de Estado Mayor serbio, Zdravko Tolimir, llegaron al semiderruido aeropuerto bajo una pesada escolta de blindados. Tolimir representa al comandante en jefe serbobosnio, Ratko MIadic, que por estar inculpado como criminal de guerra por el Tribunal de La Haya no puede dejarse ver por militares de la OTAN sin riesgo de ser detenido, según los acuerdos de paz firmados en Dayton en noviembre por los presidentes de Bosnia, Croacia y Serbia.
A la reunión con los jefes de Estado Mayor de los tres bandos, que fueron informados de lo que la masiva fuerza que se desplegará en Bosnia espera de ellos, asistieron los generales Michael Walker, comandante de las tropas terrestres de la OTAN, Bernard Janvier, jefe de las fuerzas de la ONU en la antigua Yugoslavia, y el coordinador civil para la reconstrucción de Bosnia, Carl Bildt. El almirante Smith ha delegado su autoridad para futuras reuniones en el general Walker, cuyo cuartel general estará en Sarajevo.
En Medjugorge, junto a Mostar, los cascos azules españoles de la Agrupación Aragón pasaron ayer a depender de la fuerza de la OTAN en la zona, bajo mando francés. Antes se arrió la bandera de la ONU y las boinas azules fueron al almacén.
Tropas de la operación Esfuerzo concertado, nombre de código de la operación de la OTAN en los Balcanes, comenzaron ayer a entrar en lugares de Sarajevo vedados a las de la ONU durante más de tres años y medio de guerra. En menos de una semana -y según el calendario previsto en el tratado de París, que puso formalmente fin a la guerra el jueves pasado-, soldados serbios y bosnios deberán haber abandonado sus posiciones en las líneas de confrontación que serpentean la capital. Para que esté cumplida la delicada tarea de crear zonas de separación en la ciudad hay un mes de plazo a partir de ayer.
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