El PP baja el tono de sus críticas al PNV para desbloquear el Pacto de Madrid

Las quejas del PNV han tenido efecto inmediato. El PP, aun sin rectificar, ha moderado ole la noche a la mañana el tono de sus críticas contra los nacionalistas vascos por su "ambigüedad" frente al terrorismo de ETA. De confirmarse esta buena impresión, los populares se morderían la lengua para que el ministro Belloch pudiese convocar con consenso a los integrantes del Pacto de Madrid. El portavoz del, PNV Iñaki Anasagasti fue ayer suficientemente claro: Si el PP mantiene esta voluntad de "bajar la tensión" se celebrará la reunión. Pero sin prisas. No antes de Navidad.

El PNV dejó ayer de sentirse señalado por el dedo del PP, que le acusaba de mantener una postura ambigua frente al terrorismo de ETA. Bajo su punto de vista, los populares han renunciado a sus ataques y, por tanto, han mejorado las condiciones para que el titular de Justicia e Interior pueda convocar a las fuerzas firmantes del Pacto de Madrid. Anasagasti, en cualquier caso, considera que los ánimos todavía están escrespados y que convendría "esperar a que pasen las fechas navideñas". "Teníamos que pararlos. No podíamos tolerar que se criminalizase el nacionalismo", indicó justificando la decisión de dejar vacía su silla si el PP proseguía en sus críticas.Los dirigentes del PP Rodrigo Rato y Francisco Álvarez Cascos contribuyeron en gran medida a transmitir a los peneuvistas el mensaje de reconciliación. Sin mencionar directamente al PNV, Rato, portavoz parlamentario, declaró en rueda de prensa que su partido está convencido de que "todos" los firmantes del Pacto de Madrid "continúan creyendo en su validez" y de que se mantiene el consenso frente a ETA. El PP ya no duda de Xabier Arzalluz.

Álvarez Cascos, número dos de los populares, fue más explícito. "El PP", dijo a la Cadena SER, "no tiene ningún interés en pedir cuentas al PNV en esa reunión. No ponemos ningún obstáculo ni al qué, ni al cómo ni al cuándo de esa reunión. Nunca hemos considerado que el PNV no sea un partido democrático".

El resquemor que mantenían los populares era, según Cascos, que el PNV había asumido "la capacidad de iniciativa unilateral en relación con las conversaciones con HB o con ETA". Pero como esa unilateralidad, dijo, ha sido desestimada por el PNV, el PP no ve ya ninguna dificultad. En su opinión, "el elemento que distanciaba a unos partidos de otros ha desaparecido".

Aceptadas las disculpas del PP, los penetivistas están dispuestos a reunirse, pero sin tenerlas todas consigo. Joseba Egibar habló claro: el partido de José María Aznar debe renunciar a hacer del terrorismo una cuestión electoral. "Si somos capaces de recuperar ese clima de intimidad política, la primera conclusión tendría que ser la de sacar del tráfico electoral el tema de la pacificación".

Regla de oro

Del mismo criterio es el socialista Ramón Jáuregui, quien manifestó que los pactos de Madrid y de Ajuria Enea deben reunirse aunque sólo sea para advertir de la inconveniencia de utilizar la confrontación partidaria sobre el terrorismo en la próxima campaña electoral. Los últimos atentados de ETA -seis muertos en Madrid y uno en Valencia- han sido aprovechados por el PP, según el líder de los socialistas vascos, para criticar al Gobierno y censurar al PNV, "en una actitud que no corresponde a la regla de oro de los pactos: no hacer electoralismo con la violencia".Juan Alberto Belloch prosiguió ayer, en sesiones de mañana y tarde, la ronda de contactos previa a la convocatoria de la esperada reunión. "Hay una clara voluntad de todos los partidos democráticos en, no sólo mantener el Pacto de Madrid, sino reforzarlo", dijo el ministro tras recibir a los portavoces de CiU, IC, Coalición Canaria y Unión Valenciana. Los nacionalistas catalanes se comprometieron a mediar entre el PNV y el PP sí se mantuviese el enfrentamiento.

El presidente del Gobierno, Felipe González, también lanzó su mensaje: sería un error convocar la reunión si no es para transmitir a los terroristas "un mensaje de firmeza y unidad de todas las tuerzas democráticas". "El Gobierno cometería un gravísimo error si convocase la reunión sin la seguridad de poder alcanzar un consenso. Sería duplicar el error que otros cometen".