El aperitivo y "Ia muñeca de la Hillary"

, El presidente del PP, José María Aznar, aprovechó ayer su visita al Ayuntamiento de Madrid para pedirle al alcalde un garbeo por la plaza Mayor. José María Álvarez del Manzano atendió el antojo y le llevó a probar las aceitunas de una tienda de aperitivos y a recorrer los puestos navideños de figuritas.

No se interesó especialmente por los artículos de broma. Quizá porque, como comentó durante el almuerzo en La Taberna del Alabardero -al que se unió el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón-, ya se había reído de lo lindo durante una hora con los humoristas de Gomaespuma en su programa de la cadena de radio M-80.

Una señora le arrimó una información valiosa: "He vendido todas sus caretas". Aznar, semblante asombrado, no contestó. "¿Qué? ¿Se vende?", preguntaba a los tenderos el líder conservador. "Pse, poco". A él no le vendieron nada: ni el "llévese un abetito, señor Aznar" ni "la muñeca preferida de la Hillary [Clinton]", como aconsejaba un cartel en el puesto donde la primera dama norteamericana dejó algún dólar hace unas semanas, le doblaron el bolsillo.

Pero Aznar consiguió, sin gastar ni un duro, llevarse un recuerdo de su paseo por el centro. Y fue gracias a Paco Herrera, el portavoz de IU, que le pidió al alcalde "algún regalito" para el visitante.

Y Álvarez del Manzano -"me tuvo que afear Paco Herrera", reconoció después sin asomo de aflicción- le obsequió con un libro de grabados de los frescos de Goya en la ermita de San Antonio de la Florida.