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Entrevista:

"Los empresarios prefieren la Magistratura a los Sindicatos"

El neoliberalismo no es imnortal. Su defunción certificará el renacimiiento del viejo humanismo. López Bulla, que abandona hoy la secretaría general de la Comisión Obrera Nacional de Cataluña, al inicio de su VI Congreso, entra con esta esperanza en un paréntesis casi monacal. Treinta años de militancia a la espalda proclaman los rasgos de su triple personalidad: sindicalista defensor del bienestar según el modelo de las británicas Trade Unions; político de ribete florentino; ideólogo autodidacta, defensor de un modelo de cultura que, como los sonetos de Dante, puede transmitirse. con igual intensidad en los anfiteatro y en las tabernas portuarias.Huye en silencio de la crisis entre el PCE y CC OO. Se refugia en el sigilo, después de que el anguitismo haya puesto precio a la cabeza de su camarada y jefe de filas, Antonio Gutiérrez. Soslaya dé puntillas la resaca del 14º congreso comunista. No quiere acordarse de que hace apenas una semana, Rafael Ribó se quedó solo defendiendo la autodomía del sindicato ante el intervencionismo del número dos del PCE, el afgano Francisco Frutos.

P. ¿Coscubiela, su probable sucesor, es menos reívindicativo y más conciliador que otros candidatos?

R. Eso son etiquetas. que responden a cierta pereza mental. La distinción entre negociadores y luchadores es una vulgaridad.

P. ¿El clima de la concertación es mejor en Cataluña que en el resto de España?

R. Pues mire, en los últimos meses ya no es así. La CEOE ha contagiado a Fomento. El presidente de Fomento, Juan Rosell, se ha negado a firmar un documento con los sindicatos, El pacto interprofesional, que se refería a la estructura de la negociacion colectiva, con un protocolo que prevé la desjudicialización de los conflictos laborales. Parece que los empresarios prefieren entenderse con la Magistratura que con los comités de empresa.

P. ¿Su propuesta de desjudicializar los conflictos está más próxima a las tesis del Ministerio de Trabajo o a, las de la Generalitat de Cataluña?

R. No veo la relación. No estoy más de acuerdo con el Gobierno o con la Generalitatat que con la patronal. Son papeles distintos. Desde 1991, hemos desarrollado un marco de relaciones laborales en Cataluña mejor que en el resto de España. Pero, ojo, no hay un genoma, catalán más pactista. Sólo o que aquí se ventilan cosas menos importantes y es más fácil. Ha habido una mirada interesada que dice: en Cataluña se negocia casi todo; fuera de Cataluña, nada., y eso es porque los sindicatos son más pactistas. Nada. Es un caramelo envenena do para nosotros.

P. ¿Quién lanza este caramelo?

R. El poder, el Gobierno, la propia Generalitat.

P. ¿No será que se lanzan desde su propio sindicato? ¿No será que desde Madrid, Guadalajara o Cuenca están preocupados porque el sindicalismo catalán rompe a veces la unidad del mercado laboral y cae en lo que otros pueden considerar insolidaridad?

R. Jamás he oído esto. Ni desde dentro ni desde fuera, ni en la hoja diocesana de Solsona., Me gusta esta conversación porque aprendo cosas.

P. ¿Usted defiende la política industríal activa?

R. Es necesaria. Se ha descuidado el mundo de la microeconomía. En la empresa española hay cuatro tapones que bloquean la eficiencia: la falta de innovación tecnológica y el déficit formativo; la carga, financiera y el coste de los servicios como la energía; la precariedad ahora, que hace que el trabajador no tenga relación antropológica con la máquina y con la fábrica; y los elevados índices de siniestralidad laboral.

P. Su trayectoria sindical es paralela a un largo repliegue industrial. Cierres de La Maquinista, Macosa, la antigua Pegaso, Coma Cros, Moltafita, Motoplat, Grundig, Elbe y tantas otras. ¿La voluntad política podrá frenar el escenario de la desindustrialización?

R.La desresponsabilización de las políticas industriales ha llevado a una pérdida del capita lismo industrial a manos de los capitales especulativos. Debe ha ber política industrial por parte, de la Administración y también por parte del empresario emprendedor, conio decía Schumpeter, removiendo la. competitividad.

P. Schumpeter precisamente colocó al empresario en el centro de, un mercado que asigna racionalmente los recursos. ¿Defender la eficiencia es defender al empresario?

R. Y al trabajador. Los trabajadores son los primeros en defender la eficiencia del centro de trabajo. Porque son los primeros en pagar los platos rotos de la ineficiencia.

P. ¿Qué parte de responsabilidad tienen los sindicatos en esta derrota del capitalismo industrial?

R. Ni la más mínima.

P. ¿Qué me dice de los costes laborales? ¿De la moderación salarial contra la que usted lucha sin cuartel?

R.¿Alguien se imagina una economía sin costes laborales? ¡Vamos hombre!

P.El sindicalismo concertador no se consolida. ¿Se va decepcionado?

R. No. El sindicalismo confederal ha dado un paso muy importante. Un paso necesario pero no suficiente. La fuerza asociativa estable es todavía insuficiente. Pero el problema no está en si el sindicalismo es más moderado o menos moderado. Estoy harto de sociólogos que hablan del fin de., la clase obrera o del, fin de la solidaridad y de repente, ¡zas! aparece un 14-13 o las movilizaciones de Francia que les obligan a readaptar su discurso. Vivimos una fase -de innovación y reestructuración. La mumutación tecnológica nos crea complicaciones a la hora de diseñar políticas, de pleno empleo y de reparto ¡el mercado de trabajo.

P. ¿El reparto del trabajo genera empleo?

R. Los empresarios han demonízala reducción de a jornada de trabajo; y los sindicalistas la hemos magnificado. Yo estoy por la reducción. ¿Pero qué me enseña la vida? Pues que en cada reducción empresario contesta con innovación tecnológica y con excedentes de personal. Cuando la jornada de trabajo ha descendido, los trabajadores hemos monetarizado el tiempo en horas extras y eso no puede ser. En los último! cuatro años. se han hecho 250 millones de horas extras. ¡Que cuenten conmigo para reducir drásticamente la jornada! ¡Pero por cada hora extra, una hora de tiempo libre!

P. ¿Es su receta para el reparto?

R. Es una vía para el reparto solidario del empleo. Lo que ahora vivimos es el reparto insolidario.

P. ¿Está era peligro la independencia de CC OO tras la celebración del 140 Congreso del PCE?

R. Creo que no.

P. Ha habido una agresión a esta independencia por parte de Julio Anguita.

R. Como decía el profesor Sacristán, no es conveniente. decir cada día todo lo que uno sabe. Después de habernos puesto como un pingo los unos a los otras, nos interesa una fase de responsabilidad.

P. ¿Cuál, es el problema de fondo de este enfrentamiento?

R. El sindicato ha conseguido un gran nivel de intervención en materia de políticas de bienestar, seguridad social, enseñanza, vivienda, transporte y otras cosas. Aparecen zonas de intersección con los partidos, especialmente con el PCE, que también están es estos campos. Pero el sindicato no puede dimitir de estos nuevos escenarios.

P. La paradoja de esta colusión es que Anguita pierde popularidad entre sus bases y buena parte de estas bases están formadas por militantes de CC OO.

R. Puede ser. El PCE está en el Parlamento, puede legislar, y, en cambio CC OO no es un sujeto de gobierno. Ahí debemos reflexionar.

P. La crisis entre Anguita y Gutiérrez demuestra de nuevo las difíciles relaciones entre, los partidos y los agentes sociales. ¿Qué parte de culpa tienen los sindicatos?

R. No recuerdo que en España haya habido un proceso de negociación con los sindicatos antes de discutirse el tema en el Congreso. Así ocurrió antes del 14-D. Pero estas malas relaciones, en las que el PSOE ha tenido no poca responsabilidad, son las que han llevado a poner más kilómetros de por medio entre el Parlamento, es decir, la política instalada, y la calle. El desprestigio de la política viene de muy lejos. Leyendo a Cicerón, uno se entera de que el corporativismo de los políticos es antiguo.

P. Aquí podría replicarse que corporativismo sindical es además endeble, dada la baja, afiliación.

R. En España existe el comité de empresa, con mayorías de CC OO y de UGT, votado por los trabaiadores. Luego está el sujeto sindical, los afiliados al sindicato.. En el último proceso. de elecciones sindicales la participación ha sido del 95%. Sólo en Cataluña votan 900.000 personas; los demás no votan porque están en empresas de menos de seis trabajadores. Es decir, tendremos un porcentaje afiliativo bajo porque los comités de empresa interfieren. Yo digo que tenemos un nivel de representatividad bajo y un nivel de representación alto.

P. ¿Quién ha trenado el proceso de unidad entre CC OO y UGT?.

R. Nadie. La unidad de acción está siendo envidiable.

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