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Aznar pide a González que convoque la cumbre antiterrorista en su primer encuentro distendido

Más vale tarde que nunca. Felipe González y José María Aznar hicieron ayer bueno el dicho, castellano. A pocas semanas de la solución de las cámaras se sentaron a habilar durante dos horas después de una legislatura con sólo, tres encuentros, todos ellos conflictivos, e infinidad de duros desencuentros. El líder de la oposición fue oportuno y hábil. Pidió dos cosas al presidente del Gobierno: la convocatoría de la Pacto de Madrid ante la escalada de ETA y la exclusión de las pensiones en el próximo debate electoral. Felipe Gonzalez tomó nota de ambas peticiones con matices.

González había convocado a Aznar para informarle de la cumbre europea de los días 15 y 16. Pero ambos políticos necesitaban ofrecer la imagen de una mínima relajación en sus tormentosas relaciones. Algo consiguieron si se compara con sus esporádicos encuentros anteriores.Aznar aprovechó la reunión para introducir un tema de enorme preocupación: la escalada terrorista. "El único elemento de crispación en el momento actual", según subrayó a la salida., Pidió a González la convocatoria del Pacto de Madrid, cuya competencía corresponde al ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch.

El líder del PP fue oportuno en su propuesta pero, sobre todo, hábil, al colocar una china en el zapato de sus rivales políticos, sobre todo los nacionalistas vascos. Fue muy claro en este, propósito cuando explicó a la salida que la finalidad del pacto debe ser hacer "un esfuerzo de eliminación de actitudes ambiguas en materia de lucha antiterrorista y que se haga una reafirmación expresa y pública de la, unidad de los partidos democráticos de enfrentarse a la violencia y respalidar a la Policía".

González compartió con Aznar su preocupación, pero, se mostró prudente sobre las posibilidades de una cumbre. El presidente, consciente de las diferencias tácticas con los nacionalistas, propuso una ronda previa con los partidos para sondear las posibilidades de la convocatoria."Desarme verbal"

El portavoz del PNV, lñaki Anasagasti, no ofreció grandes probabilidades al encuentro al señalar poco después: "No podemos sentarnos en una mesa con gentes que aprovechan un atentado para arremeter gratuitamente contra nosotros. Sería una reunión. hipócrita. Pedimos al PP que haga un desarme verbal".

Aznar introdujo una segunda cuestión de interés para el PP: el respeto al Pacto de Toledo, o, dicho de otro modo, la exclusión de las pensiones del debate electoral de marzo.

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El líder del PP es consciente de que su actitud sobre las pensiones, durante la campaña de junio de 1993, no generó confianza en los electores y contribuyó a su derrota. También recordaba que el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, al calor de la explosión social francesa, manifestó el viernes que el debate sobre las reformas sociales debía ser un eje de la próxima campaña y aventuró que el PP recortaría las conquistas sociales de los últimos años.

González dio garantías de que se respetaría el pacto, pero introdujo algunos matices. Los hizo públicos un poco después al señalar: "Parece que todos están de acuerdo en dar tranquilidad a los pensionistas, salvo que alguien haga declaraciones impertinentes y haya que matizar y responder".

La reunión dio poco más de sí. Aznar confirmó lo que ya se sabía que González disolverá las cámaras en enero. Pero no pudo despejar la incógnita del momento, esto es, si González encabezará las listas del PSOE. González insistió ayer, en los pasillos del Congreso, en que para saber la respuesta habrá que esperar a la ejecutiva del próximo lunes.

La foto no buscada

Felipe González demostró ayer que en su casa es él quien dispone. Así, sorprendió al presidente del PP, José María Aznar, cuando bajó las escalinatas de entrada del Palacio de la Moncloa y recibió al líder del PP a pie de coche. El rostro de Aznar reflejó auténtica sorpresa cuando al abrir la puerta de su automóvil se encontro con un más que sonriente. Felipe González que le tendía la mano.Pero no quedó ahí todo. Subieron las escaleras y al llegar a la puerta, González requirió amablemente a su visitante para que se diera la vuelta para que ambos pudieran ser enfocados por los fotógrafos y cámaras de televisión, tal y como les estaban pidiendo estos profesionales de la información.

Todo esto habría sido normal si no fuera porque los dirigentes populares no tenían previsto que nada de esto ocurriera. Es decir, esperaban que no hubiera fotos, ni cámaras que recogiean una foto de pareja. La imagen buscada era la de Aznar ascendiendo en solitario las escalinatas de La Moncloa.

Tras el encuentro, el PP encajó lo mejor que pudo lo ocurrido y el responsable de comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, aseguró que todo había acontecido según, lo previsto.

Otro tanto dijo el secretario general del Portavoz del Gobierno, Miguel Gil, en un afán de no estropear por cuestión de formas lo que parecía haber sido la reunión menos tensa de las 10 que han mantenido desde 1992. Unos y otros convinieron en tener a los medios de comunicación a la intemperie. El PP no quiso utilizar la sala de prensa que ofrecía La Moncloa, y el Gobierno, para no hacer algo distinto, también atendió a los medios de comunicación en los jardines que dan acceso a las dependencias del Ministro de la Presidencia. Eso sí, a la cuarta pregunta, Aznar dijo que se formulara la última porque hacía mucho frío.

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