La ejecución de Saro-Wiwa fue brutal y su agonía muy lenta
La ejecución del disidente nigeriano Ken Saro-Wiwa fue brutal, el verdugo era un inepto y la agonía del dirigente ogoni se prolongó durante veinte minutos, según declaró un testigo presencial a la revista Newsweek, que hoy se publica. Saro-Wiwa, con los tobillos encadenados y la cabeza cubierta por un trapo negro, fue llevado a la horca junto a otros ocho ogonis (etnia del delta del Níger) el 10 de noviembre. Al caer el activista en el pozo poco profundo bajo la horca no se fracturó el cuello. "Ken luchaba y movía los brazos", tardó "veinte minutos en morir", explica el testigo.
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