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EL FUTURO DE LOS MAYORES

Las residencias cumbian sus baremos para primar a los más discapacitados

José Manuel Romero

Aunque en la actualidad las residencias públicas de ancianos acogen sobre todo a mayores que se valen por sí mismos, en el próximo siglo serán mayoría los discapacitados. La Comunidad de Madrid ha modificado el baremo que aplica en la se a los adjudicatarios de plazas en sus residencias para dar acceso preferente a los que acrediten minusvalías. De momento, el Gobierno regional del PP no ha decidido si construirá más residencias. Quiere saber con exactitud cuál es la lista de espera. Por su parte, los empresarios privados vislumbran malos tiempos: este año no han vendido todas sus plazas. Mientras, el Ayuntamiento amplía las suyas con 32 pisos tutelados.JOSÉ MANUEL ROMERO De hotel a hospital. Las residencias de ancianos dejarán de ser hoteles para mayores sin dinero y se trasformarán en centros para el cuidado de ancianos con problemas físicos o psíquicos. Este cambio, que esbozaron los anteriores dirigentes socialistas de la Comunidad, será dirigido por el nuevo Gobierno regional del PP.

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Para ejecutar esta nueva política social, la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales ha aprobado una reforma de los baremos para acceder a las residencias de ancianos de su competencia. Los baremos sirven para seleccionar por puntos a los beneficiarios de las plazas públicas que se abran nuevas o aquellas que quedan vacantes por fallecimiento del titular.

Desde hace años, hay muchos más solicitantes que camas en la red pública de la Comunidad de Madrid. La modificación aprobada, vigente desde el pasado 30 de noviembre, incluye por primera vez, entre los aspectos puntuables, la situación de incapacidad física y psíquica (incontinencia urinaria, problemas respiratorios, artrosis, artritis, ceguera, sordera) de los solicitantes. Esta incorporación favorece especialmente a los mayores que padezcan alguna minusvalía o acrediten problemas sociofamiliares.

Concepción Lostau, nueva directora general de Servicios Sociales, defiende el cambio para adecuar los recursos regionales a los nuevos tiempos: "Antes se tenía un idea más hotelera de las residencias de ancianos, porque se pensaba que era sólo para personas válidas. Ahora ha cambiado esa idea, y pensamos que las residencias deben atender principalmente a las personas que tengan algún tipo de minusvalía. Además, con el nuevo baremo nos igualamos a los criterios que utiliza el Inserso, cuyas residencias van a pasar a depender de la Comunidad de Madrid el próximo 1 de enero".

Los ancianos que hoy tienen plaza en las residencias no la perderán ni se verán afectados por el cambio de criterios en la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Tan sólo los mayores que figuran registrados en la lista de espera y los que soliciten plaza por primera vez deberán competir con las nuevas tablas de puntuación. El plan de Servicios Sociales para renunciar a los alojamientos para ancianos válidos y reforzar la asistencia a discapacitados precisa una revolución en las residencias públicas, pues de las 7.824 plazas existentes hoy, 5.218 están reservadas a válidos y 2.606 a asistidos. Los nuevos, gestores del PP pretenden reorientar la atención social a este colectivo con el fin de conseguir más plazas para mayores con minusvalías físicas o psíquicas en detrimento de los que aún se mantienen en forma,

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"El anciano válido donde mejor está es en casa", resuelve Lostau. "Donde tenemos que insistir es en el anciano con minusvalías. Todos nuestros esfuerzos deben ir a las personas asistidas. La vida se ha prolongado muchísimo. Un persona mayor, con 65 años ya no es tan mayor y funciona con plena autonomía. La media de vida es de 86 años", recalca. Los estudios regionales sobre la población mayor apuntan a que la mitad de los ancianos padecen problemas reumáticos y de circulación.

Para hacer frente a la demanda de los mayores, la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales tiene registrados 62 centros para atender la demanda de los mayores: 34 centros son públicos, y 28, privados concertados. Los residentes pagan entre 16.500 pesetas (los más pobres) y 100.000 pesetas (véanse tarifas en el gráfico de la página siguiente).

Las 7.824 plazas existentes son claramente insuficientes para las necesidades de la región. Concepción Lostau, que lleva cinco meses en el cargo, desconoce aún. las cifras reales del problema. "Hemos iniciado un estudio para revisar y actualizar la lista de espera que teníamos. Y entre fallecidos y repetidos con las listas del Inserso ya hemos descontado a 2.000 personas".

La directora general de Servicios Sociales rechaza dar una pista sobre el número de personas que han solicitado plaza en una residencia. "Unos hablan de 9.000 y otros de 11.000, pero yo no quiero jugar con estas cifras. Dentro de mes y medio espero tener una idea clara de las necesidades concretas".

De momento, los gestores regionales anuncian la próxima inauguración de una residencia de ancianos en Leganés (178.000 habitantes). El centro, con capacidad para 132 personas, ha sido construido con dinero privado y será gestionado y explotado por empresarios privados.

Es la primera experiencia práctica del modelo que el anterior presidente de la Comunidad, el socialista Joaquín Leguina, anunció hace cuatro años para responder a la demanda de plazas para mayores.

La Comunidad de Madrid cedió suelo gratis a los promotores privados y ahora les ha impuesto cupos de residentes en función de sus ingresos. "Había un problema, pues los mayores con menos recursos no podían acceder a este centro, pero ya se ha resuelto", dice Lostau.

Una experiencia parecida arrancará en Coslada, donde también se ha adjudicado una parcela a los privados para la construcción de una residencia mixta. Además, en varios munipios están a medio construir otros centros para mayores, según la Dirección General de Servicios Sociales.

El último plan de los políticos para atender a la población mayor de 65 años -casi 600.000 madrileños superan esa edad- lo presentó el PSOE dos meses antes de las elecciones. No se llegó a aprobar en la Asamblea de Madrid y, por tanto, carece de valor.

Necesidades del siglo XXI

El proyecto, que pretendía responder a las necesidades del siglo XXI, cuando el 15% de la población, superará los 65 años, establecía una inversión de 25.000 millones de pesetas en diez años para inaugurar 5.000 nuevas plazas públicas y otras 5.000 privadas. Los dirigentes regionales del PSOE garantizaron la construcción de tres residencias al año, dos de ellas con la colaboración de empresarios del sector.

Este plan no cuenta, de momento, con el respaldo de los nuevos gobernantes del Partido Popular. "Hay que ver cómo. funcionan las residencias mixtas que se han abierto con dinero privado y conocer al detalle, la lista de espera existente antes de anunciar que la Comunidad inicia un plan de construcción de residencias", afirma Lostau.

En los primeros presupuestos regionales del PP, que se aprobarán este mes en la Asamblea de Madrid, no figura dinero para construir nuevas residencias de ancianos.

Tan sólo aparece garantizada la partida para abrir y dar servicios en dos nuevos centros, ya edificados, en el distrito de Villaverde y en Móstoles, y para la inauguración y puesta en funcionamiento de un hogar de la tercera edad en Torrejón de Ardoz.

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