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FÚTBOL: DECIMOSEXTA JORNADA DE LIGA

Mijatovic lanza la goleada del Valencia

El espectáculo en El Sardinero se llamó Mijatovic. El montenegrino fue aplaudido como hace lustros no se ovacionaba en Santander a un jugador de Primera División, integrado en el equipo rival del Racing. La victoria del Valencia tuvo en su delantero a la máxima estrella y fue absolutamente justa en un encuentro en el que existió excesiva diferencia, táctica y técnica, entre un equipo y otro. El marcador se quedó, incluso, corto, para el brillante juego de ataque o al contragolpe, según se diera la circunstancia, de los levantinos.El Valencia salió a ganar a orillas del Cantábrico y comprobó bien pronto que con una táctica tan simple y difícil a la vez era fácil golear. El equipo de Luis Aragonés lo primero que hizo fue ensanchar lo máximo posible el campo y colocar a sus hombres escalonados casi a la perfección. Completó el trabajo con una presión adelantada y lo culminó con los goles que anotó con sorpresiva facilidad.

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El Racing venía de empatar en el Camp Nou y el Valencia de perder ante la Real Sociedad. La reciente historia quedó bien pronto atrás porque la calidad técnica y la soltura de los levantinos se impusieron con suficiencia. Tan era así que el centro del campo del Racing, donde abundaban los peones y apenas había cerebros, pareció vulgar pero trabajador. A pesar de los problemas para salir con presteza al ataque, los cántabros llegaban con más facilidad que otras tardes al área contraria. Sin embargo, carecían de la decisión para remachar.

Soltando el balón a la primera, abriéndose huecos con facilidad en la defensa santanderina donde Tomás y Pablo marraban en los instantes claves, el Valencia hizo valer pronto en la práctica su teórica superioridad. José Ignacio, Romero, Gálvez y el propio Mijatovic dispusieron de sobrados lances de gol para haber ampliado diferencias antes de irse al descanso.

Mijatovic llegó en la segunda mitad al máximo de su rendimiento. Tanto que no sólo obtuvo su segundo gol, tan bello como el primero, sino que además lanzó una vez al larguero y protagonizó varias contras. Los racinguistas tuvieron que entregarse.

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