Las empresas dejarán de ingresar 210.000 millones en el 'puente' que empieza mañana, según CEOE
Las empresas españolas dejarán de ingresar 210.000 millones de pesetas en el macropuente de la Constitución y la Inmaculada, que comienza mañana miércoles y se prolonga hasta el domingo. Los reiterados intentos de evitar las largas vacaciones de diciembre y otros puentes que se distribuyen a lo largo del año han fracasado. La consecuencia es que Trabajo ha archivado su propuesta de trasladar las fiestas a lunes -a excepción de Año Nuevo, Viernes Santo, la Fiesta del Trabajo, el 12 de octubre o Navidad- por la oposición de los obispos y las comunidades autónomas.
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) estima que las empresas españolas dejarán de producir por valor de 210.000 mi llones de pesetas a lo largo del macropuente de este semana, cifra similar a la ocasionada el pasado año por la misma causa. El cálculo lo realiza la patronal dividiendo el valor de Producto Interior Bruto de todo el año entre los días laborables y de esa forma estima lo que se deja de producir en los días del macropuente. El pasado año las fiestas de la Constitución y la Inmaculada cayeron en martes y jueves, respectivamente. Este año se producen en miércoles y viernes. El impacto es similar, según la patronal. Para el próximo año no se repetirá el problema, ya que en 1996 la Constitución cae en viernes y la Inmaculada, en domingo.Los sindicatos niegan que se produzcan esas pérdidas estimadas Por la patronal. El responsable de acción sindical de CC OO, Agustín Moreno, argumenta que en los convenios colectivos se pacta la jornada con cómputo anual, así como su distribución a lo largo del año. En teoría, las horas perdidas en los puentes se recuperan en otras fechas. Al final, no queda muy claro si acaban perdiéndose horas.
Acuerdos en convenio
CEOE admite que los puentes son voluntarios y, de hecho, de terminadas empresas logran con sus trabajadores acuerdos para no resentir las cadenas de producción. Además, como estas fiestas se conocen de antemano, las empresas pueden planificar su operativa.
La CEOE también matiza que a las cifras de menores in gresos de las empresas se deben restar las mayores ventas que se producen en los sectores de ser vicios tales como comercio, agencias de viajes, transporte, hostelería... La patronal no se arriesga a realizar un cálculo del impacto y los mayores ingresos que se producen en esas empresas, pese a reconocer que se benefician de una actividad extraordinaria, aunque no compense la falta de ingresos.
La patronal sigue diciendo que existen demasiados puentes en el calendario laboral español, aunque precisa que no va a entrar en dilucidar si es necesario cambiar la fiesta de la Inmaculada o la Constitución, porque no es su papel. En su criterio, es irracional juntar estas fiestas en una semana porque produce "efectos, devastadores" sobre la producción.
Pese a su oposición a las largas vacaciones causadas por las fiestas, la patronal se ha mantenido siempre al margen en la polémica que enfrenta desde hace años al Ministerio de Trabajo con la Conferencia Episcopal y las comunidades.
Fracaso negociador
En los dos casos se ha producido un rechazo frontal a la protesta de Trabajo de trasladar determinadas fiestas a lunes, argumentando que tienen una larga tradición, religiosa o popular. El cambio no habría afectado a festividades como Año Nuevo, Viernes Santo, la Fiesta del Trabajo, la Fiesta Nacional del 12 de octubre o Navidad, que mantendrían sus días de celebración.
La oferta la hizo el ministro José Antonio Griñán a principios de este año, pero no tuvo ningún eco. Las negociaciones han finalizado en un estrepitoso fracaso, pese a que hubo varias rondas de consultas dirigidas por los máximos responsables del ministerio. Primero fue el subsecretario de Trabajo, Carlos Navarro, quien, pese a su reconocido talante negociador, no tuvo ningún resultado. A continuación se encargó del asunto el secretario general de Empleo, Marcos Peña, que tampoco logró avances.
Además de la oposición de los obispos y las comunidades autónornas al cambio de todas las fiestas, los sindicatos y el sector guerrista del PSOE tampoco han aceptado el traslado del caso concreto del Día de la Constitución, por entender que España es un Estado aconfesional y esa fiesta la única instituida en la etapa democrática. Lo que debiera cambiarse, a su juicio, es la fiesta de la Inmaculada, propia del catolicismo.
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