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González se reunirá con una decena de dirigentes para decidir quién encabeza la lista del PSOE

Felipe González se reunirá en los próximos días, en cuanto tenga un hueco en su agenda, con diez dirigentes socialistas de su confianza para tratar de alcanzar un acuerdo sobre la candidatura a la presidencia del Gobierno tras caerse la alternativa de Javier Solana por su designación como secretario general de la OTAN. Los diez tratarán de convencer por todos los medios a González para que se presente y, en caso contrario, intentarán decidirse sobre su sustituto. Pero no habrá nada definitivo hasta que termine la Cumbre Europea de Madrid, los días 15 y 16, justamente en vísperas de la reunión de la ejecutiva federal del 18, en la que se elegirá formalmente el candidato.

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González estará sometido hasta el último minuto a fuertes presiones de dirigentes federales y territoriales de toda condición: ministros, presidentes autónomos y posibles candidatos alternativos, entre otros.Los diez -Joaquín Almunia, José Bono, Cipriá Ciscar, Manuel Chaves, Juan Manuel Eguiagaray, Ramón Jáuregui Joan Lerma, Raimon Obiols, Jesús Quijano y Narcís Serra- se encuentran ahora, respecto a intentos anteriores, con la ventaja de un González estimulado por el reconocimiento exterior que supone el nombramiento de Solana para la OTAN, la buena marcha de la presidencia europea y la mejoría de la situación económica.

El último intento de este grupo, hace unos 20 días, se zanjó con la convicción de que González no se presentaba y con el lanzamiento definitivo de Solana como candidato.

Plazo escaso

El nuevo destino de Solana ha reducido el margen de maniobra de González y, en consecuencia, ha reforzado los argumentos de quienes defienden su presentación. Buscar una nueva opción a sólo 15 días de su designación formal, cuando había empezado a cuajar la alternativa de Solana, resulta muy complicado.

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Para los dirigentes socialistas, nadie como González encarna el proyecto del PSOE ante el electorado ni nadie aglutina al partido como él. Como alternativa, Solana garantizaba esta segunda faceta, en la medida que no tenía enemigos dentro del PSOE ni despertaba suspicacias en la cúpula dirigente ni en González. Era todo lo contrario. La lealtad de Solana al secretario general es taba garantizada.

Pero también hay argumentos de índole política, como el hecho de que el que González no se presente en las actuales circunstancias -con acusaciones de corrupción y sondeos negativos- se puede interpretar como una huida por temor a perder, lo que le deslegitimaría a optar por la secretaría general en el próximo congreso.

Cualquier otro candidato ni siquiera garantiza el aglutinamiento del PSOE. El mejor situado, después de González, es el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, que los diez ya barajaron como segunda alternativa en junio.

Borrell cuenta con gran predicamento en las bases y con el apoyo de algunas organizaciones territoriales, como la madrileña, la vasca y la extremeña. Pero también con grandes suspicacias en la cúpula, que, desde luego, se suavizarán si González opta por no presentarse.

Pero Borrell lo tiene claro. En unas declaraciones en Barcelona, ayer, dijo que "González es el candidato que tiene un apoyo más amplio dentro del PSOE y de los votantes socialistas y, en la actual coyuntura, el partido, muy mayoritariamente, le pedirá de nuevo que vuelva a ser el candidato". No obstante, no cerró la puerta: "Estoy al servicio de este proyecto y estoy dispuesto a trabajar por él desde el Gobierno, la oposición o donde haga. falta, aunque espero que González sea el candidato".

También se han barajado otros nombres, como el del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, que, según algunas fuentes, garantizaría a González la secretaría general porque, al ser independiente y no contar con respaldos internos, no competiría por el poder en el partido. O el de Almunia, que ya lo ha desmentido tajantemente.

Respecto a la reciente aparición del nombre de la ministra Cristina Alberdi como eventual alternativa, la titular de Asuntos Sociales declaró ayer, en la entrega del Premio Mujer Europea 1996, que le parece "estupendo que se hable con normalidad de la candidatura de una mujer" y se vea como una opción posible, informa Presiones

El grado de presión dentro del círculo más próximo a González es variable. Serra, Lerma, Bono y Ciscar figuran entre quienes tienen más esperanzas de que termine cambiando de opinión y, por tanto, están más decididos a presionarle.

Otros, como Almunia, Jáuregui y Eguiagaray, aunque convencidos de la idoneidad de González, están, menos dispuestos a emplearse a fondo después de haber oído repetidas veces sus argumentos.

Pero ayer mismo arreciaron las presiones sobre González, que continuarán hasta el día 18. El PSC hizo público un comunicado en el que le pide que encabece la candidatura. Lo mismo hizo el Partido Socialista de Guipúzcoa. Dos caracterizados representantes del guerrismo, Francisco Fernández Marugán y Matilde Fernández, unieron sus voces a esta campaña. Marugán fue contundente: "Es impensable hoy que otro compañero distinto de González asuma la responsabilidad de presentarse a la presidencia".

Sólo Manuel de la Rocha, de IS, rompió la tónica general al manifestar: "Las mismas razones que, dimos hace un mes para que González no se presentara siguen ahora siendo válidas. Debe abrirse un debate interno y no decidir en capillas. Nuestros candidatos son Borrell y Fernando Morán".

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