Las empresas suben su resultado neto el 15,4% hasta septiembre e inician la fase inversora
Las empresas españolas continúan mejorando sus resultados. En los tres primeros trimestres de 1995, el resultado neto de las empresas creció el 15,4% sobre el mismo periodo de 1994; el resultado económico bruto de explotación subió el 14,6% sobre enero-septiembre del año anterior, según los datos de la Central de Balances del Banco de España. Estos resultados se logran a pesar de que los gastos de personal empiezan a repuntar (suben el 2,4% en los tres primeros trimestres) y de que el descenso de los gastos financieros pierde ritmo (- 0,8%, frente al -16,9% en 1994). Las empresas han abandonado la fase de consolidación financiera, en la cual eran ahorradoras, y son ya inversoras netas.
Las empresas españolas mejoraron su resultado neto (sobre el Valor Añadido Bruto) el 15,4% en los tres primeros trimestres de 1995 sobre el mismo periodo del año anterior, según los datos elaborados por la Central de Balances del Banco de España difundidos ayer. El resultado, económico bruto aumentó el 14,6% sobre el mismo periodo de 1994. Esta mejora se produce en un contexto en el que los gastos de personal empiezan a repuntar y los gastos financieros moderan su descenso, muy acusado en periodos anteriores.La mejoría muy sensible en los resultados y condiciones financieras de las empresas españolas se produce básicamente porque el excedente empresarial aumenta muy por encima del Valor Añadido, porque la producción continúa en fase muy expansiva. Los puntos clave de la evolución empresarial que demuestran las cifras de la Contral de Balances del Banco de España son los siguientes:
La mejora de resultados citada se produce en un contexto de gran saneamiento de las empresas, que han dedicado los recursos obtenidos a "reducir su endeudamiento", según la tesis del banco de España. De ahí que el director del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, explicara durante la presentación de los resultados de la Central que estos datos muestran un saneamiento "muy sólido", compatible "con un crecimiento económico sólido y estable", siempre y cuando no se produzcan, de ahora en adelante, aumentos de costes o de endeudamiento. El aumento excesivo de los gastos de personal podría inducir un recalentamiento económico.
Los gastos de personal de las empresas, que en periodos anteriores estaban creciendo de forma muy moderada (0,8% en 1993 y 0,4% en 1994), empiezan a repuntar en los tres primeros trimestres de este año, con un crecimiento del 2,4%. Este despegue es consecuencia de un aumento de los gastos de personal por trabajador del 4,2% y de un recorte de las plantillas del 1,7%, que es la menor desde 1991 y muestra que la reducción de empleo puede estar tocando suelo. El empleo estable cayó el 1,6% entre enero y septiembre de este año, mientras que el temporal creció el 2,5%.
Los gastos financieros, cuya disminución explicaba la mejora de la situación de las empresas en ejercicios y periodos anteriores, también están moderando su ritmo de descenso. Si en el ejercicio completo de 1994 descendieron el 16,9%, en los tres primeros trimestres han crecido a una tasa interanual (sobre los nueve primeros meses de 1994) el 0,8%. Este descenso es debido a un recorte importante en el endeudamiento (4,1% en los que va de año), antes que a los tipos de interés, cuya aportación ha aumentado el peso de los gastos financieros en el 3,3%. Conviene recordar que en 1994 ambos factores ayudaban al saneamiento: los tipos de interés bajaban y aportaban un peso negativo a los gastos financieros de las empresas (-13%) y el recorte del endeudamiento también aportaba una rebaja (-3,9%).
La progresión en los resultados de las empresas se explica básicamente por el crecimiento de la actividad. El Valor Añadido Bruto (al coste de los factores), según la Central de Balances, creció el 0,2% en 1993, el 8,1% en 1994 y continúa progresando incluso a mayor ritmo (al 8,4%) en los nueve primeros meses de este año. La recuperación de la actividad. es homogénea en todos los sectores de actividad, aunque parece mostrar mayor vigor en el sector de manufacturas. La producción ha crecido el 11,6% en lo que va de año y los recursos generados han aumentado el 22,6%.
La consolidación financiera (saneamiento) de las empresas se muestra en el grado de apalancamiento (rentabilidad del activo /intereses del endeudamiento). Si este ratio fue negativo en 1993 (-6,7) y 1994 (-1,4), en los tres trimestres de 1995 presenta tasas positivas de 2,2 11 que no tiene precedentes en las series de la Central".
De ahorradoras a inversoras
Esta serie de puntos argumentales, que reflejan la mejora de la situación financiera de las empresas, concluye en un cambio trascendental que han presentado las empresas entre 1994 y 1995. "Los datos disponibles indican que los fondos generados y una parte importante de los aportados por los accionistas se destinaron a la recomposición del patrimonio (Tasas de variación) neto de las empresas y a la devolución de pasivos con coste", dice la autoridad monetaria.
El cambio cualitativo se refleja en que si el año pasado, las empresas tenían "un saldo positivo en su cuenta de capital", es decir, tenían una capacidad de financiación -que el Banco de España calcula en el 11,1 % del Valor Añadido Bruto, en 1995 las empresas, muy probablemente, se han dedicado a invertir, una vez saneado el endeudamiento, como lo prueban las grandes cifras agregadas [crecimiento real del 8,3% de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) en el primer trimestre y del 9,6% en el segundo]. Las empresas, que eran ahorradoras el año pasado (la tasa nominal de crecimiento del FICF el año pasado era del 0,7%, equivalente a un ritmo de inversión suficiente para corregir la depreciación de capital fijo), están invirtiendo este año.
La línea argumental anterior demuestra que las empresas españolas presentan un modelo de crecimiento con menos fecurso al crédito y están en posición de prestadores, por lo que es posible financiar el déficit público sin recurrir a préstamos del exterior. Malo de Molina advirtió, durante la presentación de los datos, que "es necesario evitar los excesos en los costes y endeudamiento que se produjeron en la época de auge económico", en clara referencia a los costes laborales y financieros.
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