Propiedad nacional
Menos inmune que su vecina Polonia a las luchas políticas, la economía eslovaca, sin embargo, crecerá este año por encima del 4%, con una inflación moderada en torno al 11% y un desempleo del 13% o 14%. El indefinido escenario eslovaco penaliza, sobre todo, a la inversión directa extranjera, que acude con cuentagotas en comparación con la República Checa o Hungría. El salario medio ronda las 35.000, pesetas (unas 8.000 coronas eslovacas) y las estimaciones cifran en un 55% el porcentaje de la riqueza nacional generado por el sector privado.El primer ministro Meciar ha dado la vuelta a las reformas económicas impulsadas por el Gobierno anterior. Ha liquidado la privatización masiva, frenado los fondos privados de inversión y pospuesto indefinidamente la venta de numerosas compañías estatales. Eslovaquia no tiene el capital para financiar la 'transformación global que su industria necesita. En junio de este año, Meciar canceló la privatización por cupones, muy popular, a la que se habían apuntado tres millones y medio de eslovacos, virtualmente todos los adultos del país, cada uno de los cuales pagó unas 5.000 pesetas por participar. En lugarde acciones de empresas, como esperaban, el Gobierno les ha dado bonos.
El nuevo modelo apunta a ventas directas incontroladas para comprar aliados políticos. El argumento de Meciar y sus aliados en el Parlamento es que el sistema de cupones, por general e indiscriminado, otorga a los extranjeros el control del patrimonio eslovaco. La pretendida transparencia de que hacen gala la República Checa, Hungría o Polonia ha costado a estos países "la venta de la propiedad nacional", en palabras del líder ultranacionalista Slota. "Nuestro sistema de privatización", dice, "es el verdadero motivo de las críticas y los ataques del Parlamento Europeo".
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