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Egibar tacha de cínicos a los que le atacan por llamar presos políticos a los etarras

La polvareda levantada por la afirmación de Joseba Egibar de que "los presos de ETA son presos político", extendida ayer en el sentido de que quienes se han escandalizado son unos "cínicos" y que también se podría considerar como presos políticos a los de los GAL, amenaza con empantanar el objetivo primordial de la gira informativa por Madrid emprendida días atrás por el portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Tras los contactos mantenidos con el mundo de la violencia, el PNV cree ahora necesario concitar opiniones favorables al diálogo político con ETA para poder profundizar en esa vía y, de paso, debilitar las posiciones de quienes se oponen a un intento de esas características.

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A la vista de las reacciones suscitadas por las palabras del portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV), quien las amplió ayer en el sentido de que a los presos del GAL también se los podría considerar por extensión presos políticos atendiendo a su motivación, puede decirse que la defensa del diálogo con ETA que Joseba Egibar propone estos días ha quedado envuelta en una dura polémica. Una controversia que se ha desatado en un terreno que resulta resbaladizo incluso dentro de las mismas filas nacionalistas.El propio lehendakari, José Antonio Ardanza, indicó ayer que "resulta difícil compartir que en una democracia puedan existir presos políticos, que son aquéllos que están en la cárcel por defender unas ideas", si bien subrayó igualmente la existencia de un problema político en Euskadi y dijo que va más allá de lo que es la delincuencia común.

La viceministra de Interior, Margarita Robles, aseguró ayer en una entrevista en Antena 3 TV los reclusos de ETA están en la cárcel "por delitos comunes previstos en el Códogo Penal" y no por ser presos políticos.

Más rotundo en su críticas, el portavoz del Grupo Catalán en el Congreso de los Diputados, Joaquim Molins, manifestó, en declaraciones efectuadas, a Radio Nacional, que "no existen presos políticos en España desde el momento en que nadie se en cuentra en la cárcel por defender sus ideas con la palabra".

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, fue más lejos que Molins al atribuir a las declaraciones de Egibar una clara intencionalidad que, sin embargo, no terminó de precisar. "No es una cuestión semántica. Egibar no es un ingenuo. Así que no podemos llevarnos a engaño" expresó Chaves tras comentar que resulta muy duro que se califique de políticos a "personas que han asesinado a niños y mujeres".

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El portavoz del PNV se escandalizó ayer del escándalo suscitado por sus palabras, reiteró su afirmación de que los presos de ETA son presos políticos y llamó "cínicos" a quienes le critican. Egibar dijo que lo dicho "no es una opinión personal", sino "la opinión global del Partido Nacionalista Vasco".

Sin acompañamiento

Más allá de la polvareda de estos días, la iniciativa del PNV tropieza con el hecho de que ETA no parece dispuesta a acompañarle por la senda de la distensión si no existe un compromiso. previo por parte del Gobierno.A unos meses de las elecciones generales, el margen de maniobra del Ejecutivo socialista parece ser muy escaso y el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, se ha caracterizado siempre por su negativa pública a reabrir los contactos.

Para sorpresa de muchos, la organización terrorista reclamó en un reciente comunicado "el cumplimiento de la palabra dada" y ofreció, de paso, al diario Egin el titular que marcaba la primera página de su edición. Soterradamente, como corresponde a una cuestión que ha sido declarada secreta -de la misma manera que constituye todo un misterio la celebración o no de una reunión sobre el proceso de pacificación entre los tres partidos del Gobierno regional-, los socialistas vascos y el PNV se atribuyen mutuamente el papel de destinatarios del reproche de ETA.

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