15.000 personas se manifiestan en París contra el auge del antiabortismo
El antiabortismo recupera fuerzas en Francia. Para oponerse a ese fenómeno, unas 15.000 personas se manifestaron ayer en París, convocadas por la Coordinadora de Asociaciones por el Derecho al Aborto y a la Anticoncepción y respaldadas por 140 organizaciones cívicas, sindicatos y partidos políticos. Fue la segunda marcha proabortista desde que, en 1975, la entonces ministra de Sanidad, Simone Veil, consiguió que el Parlamento aprobara la ley de interrupción del embarazo. En 1979, una manifestación festiva dio por ganada definitivamente la batalla, y no hubo, hasta ayer, nuevas movilizaciones.Una fuerte presencia policial evitó cualquier tipo de enfrentamiento con las pocas decenas de personas que acudieron a otra manifestación contra el aborto convocada en la misma plaza.
"Nada está definitivamente ganado. No hay más que ver la actividad de los comandos antiaborto para darse cuenta de que debemos mantener la presión", declaró ayer la abogada feminista Giselle Halimi. El lema central de la manifestación fue la defensa del derecho al aborto, aunque se añadieron reivindicaciones como la de que la Seguridad Social recetara gratuitamente píldoras anticonceptivas y se consiguiera una igualdad real entre hombres y mujeres en el mercado laboral.
Resistencia médica
La resistencia al aborto ha ganado terreno en el sistema sanitario francés. "Ciertos médicos aplican la cláusula de conciencia de manera maximalista, negándose incluso a informar a las pacientes sobre los centros de interrupción del embarazo", denunció Anne-Marie Salinas, vicepresidenta del Movimiento Francés por la Planificación Familiar.El caso más espectacular de resistencia dentro del sector médico es el de Xavier Dousseau, director adjunto del hospital de Valenciennes, juzgado esta semana y pendiente de sentencia por formar parte de un, comando antiabortista. Dousseau irrumpió el pasado 16 de octubre en el departamento de ortogenia de su propio hospital, con otras diez personas, para denunciar lo que considera "asesinato de embriones".
La llegada al poder de los partidos conservadores en 1993, con una abrumadora mayoría parlamentaria, ha contribuido, según las organizaciones defensoras del derecho al aborto, a un arrinconamiento progresivo de los servicios de planificación familiar. Según una investigación del diario Libération, de los 27 centros públicos de planificación familiar establecidos en la región parisiense, sólo funcionan realmente siete. Los médicos asignados a la interrupción de embarazos son los peor pagados y peor vistos por sus colegas.
"Desde el Ministerio de Sanidad se tolera esta situación y, de una forma encubierta, se boicotea la legislación vigente" afirmó Anne,-Marie Salinas. En Francia se practicaron 183.552 abortos en 1993, según las cifras más recientes publicadas por el Ministerio de Sanidad.
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