"El actual sistema de pensiones es un enfermo terminal"
Si no fuera porque se trata de algo tan importante y sensible como las pensiones, parecería que José Piñera vende cualquier producto de gran consumo. Lo hace con el ardor de quien está firmemente convencido. Las múltiples ventajas que atribuye a su sistema las resume al decir sin titubear que "resuelve en forma definitiva el problema de las pensiones". Lo bueno, bonito y barato, aplicado al Estado del bienestar.Pregunta. Usted está haciendo un trabajo por encargo del Círculo de Empresarios y de la Bolsa de Madrid sobre la posibilidad de aplicar el modelo de pensiones chileno en España. ¿Puede adelantar algo?
Respuesta. Puedo adelantar que va a estar listo a mediados del próximo año. Estamos haciendo un modelo riguroso sobre cómo está el sistema de pensiones de reparto hoy en día, qué ocurriría en adelante con las tendencias demográficas y estamos modelando cómo podría transitarse en forma gradual a un sistema de capitalización a la chilena, cuánto costaría, cómo se financiaría.... Es una propuesta extraordinariamente seria para que exista un debate de ideas. Y lo vamos a presentar después de las elecciones. Creo que es extremadamente importante que este tema no se politice, no se electoralice. Sí le puedo decir que estamos concluyendo que el sistema de reparto está enfermo y es un enfermo terminal. No va a poder cumplir con las promesas actuales a los jubilados.
P. ¿Y en qué momento va a morir?
R. El momento en que ese enfermo empieza a mostrar síntomas ya muy muy graves lo vamos a deducir en el estudio. Pero digo que es terminal por la tendencia demográfica española, especialmente la caída de la tasa de natalidad y el envejecimiento de la población. La relación de activos por pasivos ya cayendo, ya es de 1,8 activos por cada pasivo y en algún momento'del próximo siglo se va a acercar a uno por uno. En ese momento, sencillamente el sistema es infinanciable. Alguien podría decir que se puede subir la cotización, pero el paro que tiene España no lo permite porque conspira contra el empleo, o que se postergue la edad de jubilación muchísimos años, y quizás haya algún margen ahí, pero no es infinito.
P. ¿El estudio saca alguna otra conclusión?
R. La segunda es que un sistema de capitalización individual a la chilena, que no es el libertinaje, sino un sistema que lo manejan empresas privadas pero supervisado y regulado por el Estado en un esquema de competencia, es mejor que el sistema de reparto en cuanto a la pensión del trabajador, que es el primer objetivo, es mejor en términos macroeconómicos porque lleva a una tasa mayor de crecimiento del PIB y es mejor por que reduce el desempleo ya que el puesto de trabajo no está gravado con una contribución tan alta como la que existe acá. Tercera y gran conclusión que puedo adelantar es que liemos diseñado algunos escenarios de transición gradual que Pecomendamos. La transición de un sistema a otro, gradual y prudente, es perfectamente financiable.
P. ¿Cuántos años de transición son necesarios a su juicio?
R. Depende: del escenario. Vamos a presentar varios. Le puedo adelantar que estamos buscando escenarios en los que esa transición supondría. un punto más de déficit público en relación al PIB por cierto número de años. Es un cálculo muy preliminar, y yo creo que es financiable y asumible para una reforma que tras 10 o 15 años empieza a dar el resultado opuesto, es decir, superávit fiscal como pasa en Chile, donde ese superávit es ya del 3% del PIB
P. ¿Pero lo causa sólo la reforma de las pensiones?
R. No sólo es achacable a la reforma pero sí al dinamismo que genera. Pero lo más importante es que resuelve en forma definitiva el problema de las pensiones de los trabajadores, a diferencia de todo lo que son ajustes del sistema de reparto, que suponen sacrificios quizás de generación en generiación, de forma que puede haber cinco, Pactos de Toledo antes de que se estabilice el sistema
P. O sea, que el Pacto de Toledo no sirve...
R. El Pacto de Toledo no quita al sistema la condición de enfermo, sólo puede: postergar sus síntomas más dolorosos. En ese sentido. es un pase, positivo. Pero no puede cambiar las tendencias demográficas y por lo tanto va a ser necesario un segundo y un tercero y un cuarto Pacto de Toledo.
P. ¿Usted cree que el cambio de sistema se puede hacer sin consenso político?
R. La verdad, no puedo opinar. No se cómo se mueve la sociedad española. En la transición a la chilena se le ofrece a los trabajadores la libertad de pasar al nuevo sistema. Si se hubiera impuesto le diría que hay que hacerlo por consenso, pero si se da opción no sé si hace falta.
P. En Chile un millón de personas, de 3,5 millones que aportan al fondo de pensión mensualmente, cambian al año de aseguradora. ¿No es uno de sus puntos débiles?
R. No me preocupa en la medida en que eso no eleve demasiado los costos. Pero como el sistema ha estado rentando el 13% real anual durante 14 años, que a ni¡ juicio es demasiado porque estimamos un 4%, estoy muy contento de que este año vaya a rentar 0%
P. Bueno, en realidad parece que los fondos de pensiones tendrán rentabilidad negativa. ¿No le preocupa?
R. No sólo no me preocupa sino que creo que es muy positivo que los trabajadores comprendan que lo que importa es la tasa de rentabilidad promedio durante 30 o 40 años y no la tasa en un año. En 13 años estamos en un promedio tres veces superior al 4%. Me preocuparé cuando la rentabilidad, esté por debajo de esa tasa pero para eso hay que esperar como poco 15 años más.
P. ¿Y tampoco le preocupa éntonces que Chile esté en una zona financieramente explosiva como es ahora Latinoamérica?
R. No hay zonas financieramente explosivas. Hay un solo mercado global de capitales, y no hay zonas geográficas explosivas. Compartir un continente es un hecho, geográfico que no podemos cambiar. Tener políticas económicas correctas como la que tiene Chile es un hecho conceptual. Chile en política económica es muy sólido. Va a crecer al 7,5%. Los inversionistas a los que les guste mirar las cifras, y no los mapas, se van a dar cuenta de que Chile va a estar extraordinariamente bien.
P. Usted cree que se extenderá por Europa la solución de Francia de aumentar impuestos para financiar la Seguridad Social?
R. Si no hacen un cambio en la dirección del modelo chileno, claro que sí.
P. Está usted en esto como en una cruzada...R. En el buen sentido de la palabra sí. A mí me interesa hacer el bien. He tratado de hacerlo en mi país y si puedo hacerlo en otras partes, aleluya. Ahora vengo de Croacia, donde después de la guerra quieren hacer un sistema de pensiones a la chilena. Voy extendiendo esta idea donde hay interés por escuchar.
P. Sí pero en su último libro usted cita entre los países que piden. su consejo Estados Unidos, Rusia, Suráfrica, China y ahora me dice que Croacia. La verdad, encuentro a faltar Francia, Alemania, Italia.
R. En esos países no ha habido todavía un interés por hacer un estudio a fondo de la crisis y eso puede responder a la lógica política de esos países. En América Latina se extiende como pólvora ya que se ha implantado en tres países más (Argentina, Perú y Colombia) y en Estados Unidos hay un muy fuerte interés.
P. ¿Pero ve un sistema chileno de pensiones en Europa?
R. Por supuesto. No creo que el europeo haya sido creado genéticarnente diferente que el chileno y creo que la conducta humana básica, el amor a la libertad, la autorresponsabilidad, todo eso está en la naturaleza humana. No divido el mundo por continentes. Eso es estar en el siglo XIX y esto es un sistema para el siglo XXI en el que el mundo no va a estar dividido por continentes, sino por países en los que se confía mucho en el individuo, en la libertad, en la responsabilidad personal,, y aquellos otros que dan a las cúpulas políticas, gremiales, militares, el control de la ciudadanía y de las gentes.
P. Usted ha dicho sobre el sisterna de reparto que "despierta en. los individuos impulsos negativos" y que "viola las leyes de la naturaleza humana". ¿Es que encama todos los males?
R. Yo digo la verdad con mucha franqueza.
P. Pero uno de los ganchos 1 sistema chileno es que si al final todo falla, el Estado garantiza, una pensión mínima.
R. El Estado es un garantizador de una rentabilidad mínima de muy última instancia porque es un sistema de ahorro obligatorio. Pero hasta ahora, nunca ha entrado y espero que no lo hará nunca.
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