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PAZ EN LOS BALCANES

Un acuerdo con fórceps

Ramón Lobo

Dos de los principales obstáculos que han emponzoñado hasta el final las negociaciones de Dayton han sido los corredores estratégicos. El de Posavina, al norte, y el de Gorazde, al sureste. Posavina, bajo control del ejército serbio de Bosnia, une los territorios del oeste (en donde está Banja Luka) y los del este, permitiendo además su conexión con la madre Serbia. El objetivo de Slobodan Milosevie y sus aliados serbobosnios era su ampliación. Es tan angosto en algunas partes -al paso Por Brcko tiene cinco kilómetros de ancho- que se le denomina el carril de la bicicleta. Posavina está amenazado al norte por Croacia y los croatas de la bolsa de Orasje (que pertenece a Bosnia) y al sur por los propios bosnios. Posavina es la espina dorsal del futuro 49% del territorio serbio de Bosnia y también su tendón de Aquiles. Ni Croacia ni Bosnia han discutido su propiedad, pero han tratado de preservar su fragilidad militar, que en cuatro años de guerra ha obligado al general serbobosnio Ratko Mladic a distraer muchas tropas.El caso del corredor de Gorazde era mucho más complejo. Pues no existía. Gorazde está habitado por 60.000 musulmanes y se halla a menos de 50 kilómetros al sureste de Sarajevo. Es el único enclave que queda en Bosnia oriental tras la brutal captura en julio de Zepa y Srebrenica, donde las tropas de Mladic ejecutaron a miles de hombres musulmanes.

La comunidad internacional, tras su estrepitoso fracaso en Zepa y Srebrenica, plazas que se hallaban bajo su teórica protección, se comprometió el 21 de julio a la defensa de Gorazde. El ministro español de Exteriores, Javier Solana, lo resumió en una frase: "Es la línea que los serbios no deben cruzar". Y no la cruzaron.

La supervivencia del Gorazde bosnio ha representado un problema cartográfico. El Gobierno de Sara evo rechazó por principio todo mapa que condenara a Gorazde a ser una isla en un mar serbio. La exigencia de un corredor no sólo tenía por objeto abrir Gorazde, sino romper además el aislamiento de la capital y reforzar la tesis de un Sarajevo indivisible. Izetbegovic precisó ayer que el corredor tendrá de 8 a 15 kilómetros de ancho.

En mayo y junio de este año, la Armija bosnia libró duros combates por el control de los montes de Treskavica, en concreto por la estratégica Trnovo, que abre o cierra una de las rutas del sur, cerca del monte Igman, que aprovisionan a los barrios serbios del sur de Sarajevo.

La conquista en julio de la región de Krajina por el Ejército croata, el levantamiento del sitio de Bihac y los espectaculares avances bosnio-croatas en Bosnia central evitaron a los negociadores una tarea imposible: repartir los territorios en los porcentajes acordados (51%-49%). El mapa militar casi equivalía, tras el verano, al político. Quedaron sólo los flecos (Sarajevo, corredores, refugiados, crímenes de guerra) y esos flecos han costado 21 días de extensas e intensas negociaciones bajo llave. Una paz con fórceps.

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