Polémica sobre la calidad del profesorado británico
, "La calidad de la enseñanza primaria y secundaria depende de los profesores y no del número de alumnos por clase. Los incompetentes -unos 15.000- deberían ser sustituidos por otros mejores". Con esta aseveración el Ministerio británico de Educación ha provocado un nuevo revuelo en los centros públicos. Los sindicatos han contraatacado esgrimiendo cifras no menos sonoras. Según la Unión Nacional de Docentes, más de 9.000 perdieron su empleo en 1994. "La culpa fue de los recortes presupuestarios efectuados por el Gobierno", aseguran Chris Woodhead, inspector escolar jefe, ha llegado a afirmar que "la mediocridad es un mal crónico que no mejorará ni siquiera con la desaparición de esos 15.000, un 5% de la actual plantilla docente. Un porcentaje muy escaso que, según Woodhead, no explica por qué un tercio de las clases impartidas en las escuelas nacionales son malas o dejan mucho que desear.
El inspector ha pedido a los directores que traten de mejorar el trabajo docente y que dejen de quejarse de falta de recursos. Ha reconocido, no obstante, que los buenos maestros, 18.000 en primaria y 30.000 en secundaria, superan con creces a los otros. Para los sindicatos ello no basta. Los 9.207 empleos perdidos en el sector el año pasado reflejan problemas más profundos que el mero control de calidad. "Fueron despedidos porque los centros no podían pagarles. En algunos casos las escuelas ni siquiera han conseguido pintar las aulas o reparar sus instalaciones", asegura la Unión de Profesores. Sin olvidar que este año 100.000 niños más han acudido por vez primera al colegio. Como consecuencia de ello un tercio de los inscritos en primaria comparte clases de más de 30 pupitres. "Necesitaríamos unos 6.000 docentes nuevos para mantener un cierto equilibrio".
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