"Villapalos dejó oscurantismo"
Decano de la Facultad de Económicas desde hace 12 años, titubeó en las pasadas elecciones y a punto estuvo de ser el adversario de Villapalos. A final comprobé que el actual consejero de Educación era imbatible y renunció. Aficionado a la buena literatura, espera que, de resultar elegido, el cargo no le impida "seguir leyendo los fines de semana".Pregunta. ¿Qué cambios necesita la Complutense?
Respuesta. En primer lugar, reforzar el carácter público de la universidad. Hemos asistido, en el anterior mandato, a un proceso de privatización. Hay que potenciar también los órganos colegiados, como el Claustro. Por ejemplo, ahora hay un gran malestar por la aplicación de los nuevos planes de estudio: debería discutirse en el Claustro. Es un órgano que se reúne poco y mal: siempre en sesiones soporíferas que aburren a todo el mundo.
P. ¿Que dejó Villapalos?
R. Un gran oscurantismo y una gran falta de información. La gestión debe ser más transparente. Quiero terminar también con eso de que se tenga que ir a un despacho a llorar para que te construyan algo. Ese personalismo excesivo es nefasto.
P. Usted es uno de los pocos que confiesan sus simpatías políticas.
R. Es difícil olvidarse de la política. Soy de izquierdas, y nunca renunciaré a mis ideas; pero pido que se me valore por mi gestión en la facultad y mi actuación académica. El resto de los candidatos son de centro-derecha, esto es, quieren ser los herederos de Villapalos.
P. ¿Y los alumnos?
R. Hay que crear una Delegación de Alumnos. Los alumnos son buenos estudiantes, pero pasivos. Tampoco tienen muchos sitios donde dar su opinión. Una vez, en clase pregunté a una estudiante. Enrojeció y no respondió. Más tarde me dijo: "No he dicho nada porque en cuatro años aquí era la primera vez que alguien pedía mi opinión".
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