Año de tolerancia
Los integrismos niegan la esencia humana y hacen esclavo al hombre y a la mujer, los uniformizan, les hacen rebaño de la locura. Atentados en el metro de París o asesinatos de mujeres progresistas en Argelia. Los cabezas rapadas, fauna manipulada por mentes fascistas, maltratan a los homosexuales o mortifican a los magrebíes. En China exterminan a las niñas porque su sexo no se corresponde con las necesidades del país. Los sectores más conservadores de la sociedad no permiten que gays y lesbianas adopten niños. En cambio, en Brasil limpian las calles de chiquillos mendigos que estorban la buena imagen de los comercios. La pena de muerte aún se mantiene en muchos Estados de América del Norte. Y la lista sería interminable. Esto nos demuestra que hay sectores de las sociedades que necesitan ser totalitarios porque en la fuerza y la opresión encuentran el camino más fácil para el dominio. La tolerancia ha de ser un valor, una virtud, una condición intrínseca en el hecho de ser seres humanos, sin este valor estamos verdaderamente perdidos. Ser tolerante significa ser solidario, capaz de vivir en armonía con la diversidad y la diferencia.-