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Alta participación y holgado triunfo de Zerual en las elecciones presidenciales argelinas

Las consignas de boicoteo y las amenazas de los grupos integristas radicales no parecían ayer haber hecho mella en los argelinos. Unos once millones, el 70% del censo, participaron en las primeras elecciones presidenciales, la versión oficial. Los primeros resultados oficiosos daban como futuro presidente al actual jefe del Estado, general Liamín Zerual, al que atribuían entre el 58% y el 62% de los sufragios, lo que hacía innecesaria una segunda vuelta. Muy lejos de Zerual, en una horquilla del 13,5% al 18%, pugnaban por la segunda posición el islamista moderado de Hamás Mahfud Nahná y el candidato antiislamista, Sais Saasi. El Frente Islámico de Salvación (FIS), uno de los partidos que pidió la abstención, salió al paso de los datos oficiales. Rabáh Kebir, su máximo representante en Europa, manifestó que la participación ha sido de entre el 30% y el 33%".

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Mientras que los seguidores de Zerual se lanzaron anoche a algunas calles para hacer sonar las bocinas de sus coches, los islamistas moderados del grupo Hamás denunciaban "numerosos abusos" contra sus militantes. El portavoz de Nahná, habló de resultados "erróneos" y "escandalosos" que 41 sobrepasan toda imaginación", por lo que no reconocen la victoria del actual presidente.Los soldados fueron una constante ayer en los colegios electorales. A Saula llegaron con el alba, mientras los imames de las mezquitas llamaban a los fieles a participar en la primera oración del día. Dos horas después abrió las puertas la escuela Saker Mahmud, a las afueras de la ciudad, convertida en una fortaleza electoral ante la que durante todo el día se congregaron los votantes. Saula, una veintena de kilómetros al sur de Argel, es un símbolo. Allí nació Yamel Zituni, máximo responsable del Grupo Islámico Armado (GIA), la organización integrista más importante y radical de Argelia, que había jurado dar muerte a todos los votantes y participantes en las elecciones. Pero los paisanos de Zituni desoyeron las amenazas.

El Ejército y la Gendarmería custodiaban el edificio, situado en una explanada, junto a un camino, en uno de los accesos a la población. Algunos soldados permanecían sentados en el tejado, otros cacheaban a los votantes y el resto pululaba por el interior de las oficinas, entre las urnas, protegidos con chalecos antibalas.

Pero esta ciudad de la Mitiya, donde en los últimos meses los grupos integristas han destruido con explosivos la sede del ex partido único Frente de Liberación Nacional y un centro cultural, no fue ayer una excepción. Otras muchas localidades de Argelia votaron bajo la protección excepcional del Ejército, de la Gendarmería, de la Policía y de la Guardia Comunal, decenas de miles de hombres cuya misión era tranquilizar a los ciudadanos y facilitarles el acceso a las urnas, a pesar de todas las amenazas.

Pintadas integristas

En Argel, el control de las fuerzas de seguridad era mucho más espectacular y visible en los barrios pobres del Este de la capital, donde se amontonan los restos de las bases militantes del FIS y donde aún es posible descubrir, escondidas en los muros, pintadas a favor de la guerra santa y contra los impíos.

Estos barrios no llegaron ayer a despertarse y permanecieron en duermevela, con comercios cerrados y las gentes en casa. Sólo salieron para acudir a los colegios electorales, llenos casi, a rebosar, sobre todo de mujeres. También permaneció en duermevela la alcazaba de Argel, el corazón de la ciudad, cuyos habitantes acudieron a votar fuera del barrio, a la escuela Emir Abdelkader, en Bab El Oued, para eludir represalias de los integristas. Allí se votó en silencio.

En Argel no había casi tráfico debido a los controles policiales, que hacían imposible el moverse en coche. Cualquier vehículo era parado y sus viajeros identificados a punta de fusil, con la sola excepción de aquellos que transportaban extranjeros, es decir periodistas y observadores internacionales de la Organización para la Unidad Africana, la Liga Árabe o la ONU.

"Votamos porque queremos la paz", explicaban hasta la saciedad los electores, mientras avanzaban lentamente en las colas, con la cartillas verdes electorales en las manos. Por eso ayer el Ministerio del Interior lo permitió casi todo, incluso votar con el carné de conducir siempre y cuando el nombre estuviera inscrito en las listas.

Hacia las seis de la tarde, cuando el iman había empezado a rezar la oración de El Magrib, el sol amenazaba con esconderse y faltaba una hora para el cierre de las urnas, el índice oficial de participación alcanzaba la cifra récord del 65,54%, seis puntos más que en las legislativas de 1991. En plena euforia de cifras, la radio estatal avanzaba oficiosamente el triunfo de Zerual, con una horquilla de votos que oscilaba entre el 58% al 62%.

En España, el presidente del Gobierno, Felipe González, pidió, que, tras las presidenciales, se celebren elecciones legislativas Y municipales, informa lgnacio Cembrero. González cree que en ellas deberían participar todas las fuerzas políticas representativas y no sólo las que hayan re nunciado a la violencia.

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