Los demócratas frenan el avance electoral republicano

El Partido Demócrata, que no había ganado ninguna elección significativa desde que Bill Clinton obtuvo la presidencia en 1992, ha recibido un balón de oxígeno con su decoroso comportamiento en las diferentes elecciones regionales que se celebraron el martes en EE UU. El Partido Republicano, que ha pagado el precio de la impopularidad de su plan de recortes de los programas sociales, no ha podido repetir la victoria arrolladora que le dio el control absoluto del Congreso hace exactamente un año.No es que haya sido un éxito, pero los demócratas, que atraviesan por una de las peores crisis de indentidad de las últimas décadas, han conseguido frenar la pérdida de confianza del electorado, e incluso han revertido la curva descendente en algunos lugares.

En estos comicios, convocados para elegir gobernadores, alcaldes y asambleas regionales en varios Estados, pero planteados por ambos bandos como el primer asalto en la disputa entre las posiciones de Clinton y las de sus rivales republicanos, el electorado no ha respaldado abiertamente' al presidente, pero tampoco le ha dado la confirmación al programa de la revolución conservadora.

Gingrich y Dole

"Kentucky ha dicho no a Newt Gingrich [presidente de la Cámara de Representantes] y a Bob Dole [principal aspirante republicano a la presidencia]; Kentucky ha dicho no a sus intenciones de dañar la seguridad social", declaró el demócrata Paul Patton, que es ya el gobernador electo de ese Estado, donde la derecha religiosa había echado sólidas raíces en los últimos años. Los demócratas no pudieron vencer en Misisipí, pero tuvieron una actuación digna que hizo pensar que no todo está perdido para Clinton en el sur del país. En esa misma región, los republicanos, que aspiraban a controlar el Congreso de Virginia por primera vez desde la guerra civil, perdieron algunos escaños en la Cámara de Representantes. Sólo igualaron el número de escaños de los demócratas en el Senado.

En el noreste, el Partido Demócrata recuperó la mayoría parlamentaria en el Estado de Maine.

Los republicanos consiguieron la reelección de sus alcaldes en Indianápolis y Columbus (Ohio), pero quedaron lejos de desafiar el poder demócrata en Baltimore y Filadelfia. En San Francisco, uno de los símbolos del liberalismo, tres candidatos demócratas se disputaban por pocos votos de diferencia el pase a la segunda vuelta.

Para Clinton, estos resultados son una buena noticia, pero pueden obligarle a hacer cambios de estrategia.