Absuelto el médico holandés que aplicó la eutanasia a un bebé
El Tribunal de Amsterdam ha eximido de toda responsabilidad a Henk Prini, un ginecólogo holandés que puso fin a la vida de un bebé gravemente enfermo de apenas unas semanas de vida. El médico se convirtió a fines del 93 en el primer acusado por ayudar a morir a un paciente incapaz de expresar su propio deseo, requisito necesario de la ley que regula la eutanasia.
El caso de Prins, que ya había sido absuelto sin cargos en primera instancia en abril pasado fue llevado a un tribunal superior a petición del propio Ministerio de Justicia, que quiere que se siente jurisprudencia para estos casos.
Rianne había nacido a mediados de 1993 con una espina bífida y parte del cerebro deformado, todos los médicos consultados coincidían en que sufría grandes dolores y le auguraban apenas unas semanas de vida aún en el caso de que se la operara. Rianne murió tras una inyección letal que el médico le suministró a petición de sus padres.
Como consecuencia, Prins fue acusado de asesinato en abril del pasado año pero el tribunal de la ciudad de Alkmar decidió no castigarlo. El presidente del tribunal expresó durante el juicio su admiración hacia el valor y la integridad del médico que tuvo que decidir en una situación calificable corno caso de necesidad.
En los mismos argumentos se ha apoyado ahora el tribunal de Amsterdam, que mantiene que Prins tuvo que enfrentarse a la difícil elección de mantener la vida del niño o poner fin a su sufrimiento. Dadas las especiales circunstancias del caso, la elección, a juicio del tribunal, puede ser considerada justificable.
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