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Ordenado y fluido

Estocolmo (674.459 habitantes) es una ciudad con un tráfico ordenado y fluido en el que sólo se producen atascos de consideración en situaciones excepcionales, como accidentes o reparación de vías. Ello obedece en parte a las severas disposiciones existentes: multas elevadas, retirada del carné en caso de infracciones graves o reiteradas..., pero más que nada a una labor de educación.

En el centro de la ciudad hay lugares de aparcamiento tanto en la superficie como subterráneos. El costo de los primeros es aproximadamente 200 pesetas cada hora y algo más en los segundos. Las multas por infracciones oscilan, según su gravedad, entre 3.500 y 15.000 pesetas.

La doble fila está prohibida y sólo es posible con el conductor o un acompañante permaneciendo dentro del auto; durante sólo algunos minutos. La vigilancia es severa; y el pago de las multas, inevitable.

Más información
Los pagos de multas bajarán un 25%, pero se disparan los de la grúa

Hay una tendencia a eliminar en lo posible el automóvil del centro. Una medida que probablemente se implantará en un futuro próximo es la instalación de peajes en las principales vías de acceso.

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