Goles para calentar el Camp Nou
El Barça derrota al Salamanca en un partido de guante blanco
No cayó el liderato, pues el Atlético cruzó el Ebro sin mojarse, pero el Barça madura a diario. Hay la sensación de que Cruyff está pariendo otro gran equipo. Es un plantel que crece sano, porque tiene la raza de la cantera, el interés de los extranjeros, la bendición de la hinchada y la tutela del banquillo. Nunca pareció tan puesto Cruyff en una faena.Hay detalles que explican el interés del técnico. El de ayer fue definitivo. Ya que no le dejan sentarse en su banco, dijo que tampoco quería acomodarse en el palco, porque aún no aspira a ser manager ni tampoco presidente. Solución: se sentó a un metro del campo, pues ese equipo es suyo y los suyos le necesitan.
El sello autoritario de Cruyff no está sólo en el concepto de juego, sino en cuestiones concretas. El partido frente al Salamanca le dio la razón en todo. Uno: la apuesta por Popescu resultó solvente, ya que el rumano fue el mejor. Dos: la crítica avala a Iván de la Peña, y el Pequeño Buda acabó la jornada expulsado en el Miniestadi. Tres: el socio sueña con que Prosinecki les repare el daño que ocasionó la partida de Laudrup, y el croata salió al campo cuando el partido ya estaba bendecido (3-0).
No quiere el técnico que le canten el equipo ni que nadie, a título individual, se atribuya la paternidad de un partido. Hay un solfeo y, hasta que la partitura no está agotada por la orquesta, los solos quedan prohibidos.
El equipo va tomandocuerpo: aparecieron otra vez los tres zagueros (Ferrer-Nadal-Sergi); Popescu se quedó con el medio centro; Celades y Guardiola se ofrecieron como salidas naturales del balón; Figo y Roger se abrieron por las alas; Bakero pegó a los de arriba con los de abajo como corresponde a un pivote; y Kodro fue el finalizador.
Una vez bien puestos sobre el campo, se repartieron el cuero con generosidad. La buena colocación aseguró la posesión del balón, el dominio del campo y el control del rival. Tuvo siempre el equipo comunicación, dinámica y velocidad. Y resultó una vez más efectivo. Fue, de hecho, un partido de guante blanco. Cruyff jugó con ventaja y su discurso altanero (la vuelta deIván al filial y la suplencia de Prosinecki) y justiciero (ya que no le levantan la sanción se sienta donde él quiere) cobró fuerza por la bondad del rival.
El Salamanca encajó más goles que faltas hizo. Los dos primeros tantos tuvieron la misma ejecución: robo de balón de Popescu en campo azulgrana, carrera de Figo por la banda derecha y remate inapelable; el primero fue un zurdazo y el segundo llegó con un taconazo. El tercero tuvo una gestación parecida. Ocurrió, sin embargo, en el otro lado: Roger profundizó por la izquierda y Kodro conectó en el primer palo propiciando el penalti. Y el último resultó igual de rápido y tuvo la misma plasticidad.
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