Los jesuitas de Europa declaran prioritario evangelizar el Este

Los jesuitas de toda Europa han acordado dirigir sus actuaciones hacia la nueva Europa que emerge del este y que nace con multitud de conflictos heredados de períodos pasados y de épocas de años de enfrentamiento bélico. Los 35 padres provinciales que los jesuitas tienen en Europa han acordado en Manresa (Barcelona), después de cuatro días de reunión y reflexión, estar presentes en la construcción de la nueva Europa tanto en el aspecto espiritual como en el humanitario. Uno de los primeros pasos emprendidos en este sentido es la creación en Sarajevo de una comunidad que nace con tres jesuitas -un croata, un esloveno y un austríaco-. Los tres están en la ciudad desde el día 16 de octubre.Partiendo de la premisa que la Compañía de Jesús ha establecido como una de las prioridades de actuación la reconstrucción de la presencia de los jesuitas en el este europeo -Rumania, Hungría, República Checa; Eslovaquia, las repúblicas que nacen de la ex-Yugoslavia y Rusia-, los provinciales han decidido emprender el camino para reevangelizar Europa, contribuir a la reconciliación de estas naciones y abrir las comunidades europeas a otros mundos que están necesitados,

El padre provincial de España, Melecio Agúndez, explicó después de la reunión de Manresa que su evangelización pasa por "aportar una cultura en la cual el respeto a los derechos humanos, la justicia, la recoriciliación, la distribución de los bienes y la puesta a disposición de todos de las fuentes de riqueza sea una auténtica realidad". Agúndez aseguró que la Compañía tiene una conciencia plena de lo que significa la ruptura de tipo étnico en la ex-Yugoslavia y afirmó que los tres padres que han fundado la nueva comunidad en Sarajevo tienen como misión "ofrecer ayuda humana y moral, hacer de puente con jesuitas del resto del mundo y trabajar por la: reconciliación".

El esfuerzo pastoral, académico y humanitario que han planificado los jesuitas tienen también una traducción económica: 20 millones de dólares (2.600 millones de pesetas), que es la cifra que deben aportar de las comunidades que la orden tiene. repartidas en 106 países del planeta para aplicar el proyecto para la Europa del este.