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Los islamistas argelinos resucitan en Bab el Ued

Los islamistas resucitaron ayer en el barrio argelino de Bab el Ued. Aparecieron en medio de un griterío ensordecedor, mientras clamaban "¡Alá akbar!" (Dios es grande) y agitaban en el aire carteles y folletos de propaganda de Mahfud Nahná, el líder del partido integrista moderado Hamás, que se ha convertido, junto con el candidato oficial Liamín Zerual, en uno de los más serios aspirantes a la presidencia de la República de Argelia, en las elecciones que se celebrarán dentro de dos semanas.

"No descansaremos hasta que Nahná, sea presidente", repitieron un millar de islamistas reunidos en el antiguo cine Majestic, uno de locales más lujosos del antiguo Argel francés, convertido hoy en un edificio sórdido, abandonado y sucio, rebautizado como Sala Atlas.

Los integristas, en su mayoría jóvenes del barrio de Bab el Ued, vocearon el nombre de Mahfud. Nahná hasta la saciedad, mientras el presidente del partido Hamás y máximo responsable de la organización benéfica Justicia y Caridad subía a un estrado presidido por una enorme bandera de Argelia.

Los servicios de protección formaron un cordón de seguridad que se desplazó con el líder hasta lo alto del escenario, pero en el trayecto no pudieron impedir el entusiasmo de una multitud, que alargaba los brazos para acariciar el traje azul marino cruzado o la corbata floreada de un Nahná sonriente, que avanzaba imparable por el pasillo central de la sala.

Moderación

Los gritos y los clamores del público -los hombres en la platea y las mujeres en el piso superior- se mezclaron con los cánticos de un grupo de jóvenes que, con tambores y panderetas en ristre, se habían colocado en un extremo del escenario.El mitin alcanzaba así el momento álgido, tan preparado esperado por los organizadores: la intervención de Mahfud Nahná, el candidato islamista a las presidenciales de Argelia.

"He rechazado. vivir como opositor más allá del mar. He rechazado hacer oposición matando y degollando gente. He rechazado la oposición que margina y excluye", afirmó Nahná en un discurso rico e improvisado, en el que empezó criticando a sus rivales. Habló incansable durante más de una hora, sólo interrummpido en contadas ocasiones por aplausos de sus seguidores.

El jeque integrista pronunció un discurso controlado y comedido, sin referencias ni al islam ni al Corán, consciente de las amenazas proferidas por la Administración que, tras una semana de campaña presidencial, considera que Hamás ha transgredido algunas de las normas electorales y ha hecho un uso abusivo e ilícito de la religión y de las mezquitas.

"Nuestra Argelia es una. Nuestro Dios es uno. Nuestra Constitución es la misma. Nuestra Patria es la misma...", repitió conciliador para, a renglón seguido, criticar al Gobierno y propugnar un "cambio radical".

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