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'Escarabajos' en el supermercado

El legendario coche de la Volkswagen, en venta en una gran superficie

Una cadena de supermercados alemanes ha encandilado a unos cientos de consumidores con un pedazo de nostalgia. Por 16.666 marcos (millón y medio de pesetas) los interesados podían llevarse a casa el símbolo palpable del milagro económico alemán: el legendario escarabajo de la Volkswagen. Era el coche del que la publicidad decía que "corre, corre y corre...", fuerte como un vehículo acorazado, la encarnación del made in Germany, el de antes de que los alemanes se convirtieran en el pueblo que menos horas trabaja en toda Europa. El escarabajo es un producto de cuando los electrodomésticos alemanes nunca se rompían, los trenes eran puntuales y el correo funcionaba: un residuo del pasado.La oferta irritó a la casa madre. Desde su central en Wolfsburg los portavoces de VW se apresuraron a declarar que ellos no tenían nada que ver con la oferta y advertían a los posibles compradores contra el riesgo de adquirir un vehículo sin garantía, ni piezas de repuesto. Por unos días reinó la confusión, pero estas informaciones no lograron disuadir a 300 compradores, que se llevaron a toda prisa los primeros escarabajos de la oferta. La cadena de supermercados tuvo que organizar un nuevo pedido, que desde hace años sólo se fabrica en México.

En realidad, el famoso escarabajo es hoy un auténtico dinosaurio tecnológico, un producto obsoleto, del que VW no quiere saber casi nada porque en el fondo le rompe los esquemas de una empresa que se precia vender tecnología de futuro, el auto del próximo milenio, de bajo consumo y sensible a las exigencias de la con servación del medio ambiente. El escarabajo era un coche capaz de bailar bossa nova cuando el viento soplaba de lado y al que más valía subirse en estado de gracia, por que su estabilidad era tal, que el conductor se sentía obligado a realizar actos de contrición perfecta, si tornaba una curva con un poco más velocidad de la debida.

En Venezuela le llamaban matacuras, porque en una, ocasión uno s purpurados de la santa madre iglesia se salieron por la tangente y, pagaron con la vida su osadía. En Estados Unidos fue perseguido por el paladín de los consumidores Ralph Nader, quien encontró una larga lista de riesgos para la seguridad personal en el escarabajo, que incluso había merecido la condición de protagonista de una serie de Walt Disney.

La oferta del coche ha venido a perturbar. Una colaboradora de EL PAN se presentó como interesada en la compra y, preguntó por el escarabajo en el supermercado, a la representación oficial de Volkswagen, a un importador y a un vendedor de repuestos. El vendedor de repuestos no tuvo pelos en la lengua: "El coche está al nivel tecnológico de hace 10 años. Si. usted lo compra, el problema no son los repuestos, que se pueden conseguir, sino el acabado. Los controles de calidad en México son muy relajados, en comparación con Alemania, y el nivel está por debajo incluso al de 1985. Los coches hasta se oxidan durante la travesía. en el barco".

En Bonn un vendedor de coches de segunda mano intentó disuadirla con el argumento de que "por ese precio [16.000 marcos] le vendo el mejor coche de segunda mano que tengo. Cualquier escarabajo de usado de hace 20 años es mejor que los de México".

Volkswagen considera que no merece la pena la importación del escarabajo, porque "el círculo de clientes interesados es muy reducido. Tendríamos que imprimir catálogos, hacer publicidad, almacenar repuestos y formar a los mecánicos, no compensa". Un empleado asegura: "La imagen de Volkswagen no es la nostalgia y el nivel de seguridad que ofrece no es el adecuado hoy día en Alemania".

El vendedor del supermercado que ofrece los escarabajos se muestra un poco inseguro: "Mire usted, nosotros no tenemos nada que ver con la acción publicitaria del coche. En realidad, lo nuestro es el yogur y esas cosas, pero la acción marcha bien". Las páginas de publicidad del supermercado en la prensa de Bonn aparecen con el escarabajo como "oferta especial del milagro económico". Al, lado, ofrece café, detergente, chocolate, cintas de vídeo...

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