Radio Liberty se queda sin voz
La emisora de la CIA en Pals (Girona), inaugurada hace 36 años, dejó de emitir la pasada noche
Las instalaciones de Radio Liberty, caracterizadas por las imponentes antenas que se alzan sobre la playa de Pals (Girona), seguían ayer tan impenetrables como cuando, en 1959, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los EE UU eligió ese paraje de la Costa Brava como uno de sus centros de emisión de propaganda anticomunista hacia la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).Con absoluto hermetismo hacia los medios de comunicación, el centro emisor de Pals vivió ayer una jornada histórica. A medianoche se paralizaron las emisiones y quedaron atrás 36 años de programación ininterrumpida. Era la consecuencia del anunciado traspaso de Radio Liberty de Pals -hasta ahora gestionada por el organismo no gubernamental Board for International Broadcasting- a manos de la United States Information Agency, el servicio de información del Gobierno de EE UU.
Salvo la drástica reducción que va a sufrir la actual plantilla de Pals -sólo 37 de los 52 trabajadores seguirán, a partir del próximo viernes, en las instalaciones como funcionarios americanos-, pocos detalles han trascendido sobre el futuro del centro emisor. Según David B. Monk, jefe de información de la Embajada de EE UU en Madrid, la continuidad de la estación está asegurada y, en una fecha por determinar, reanudará su actividad, aunque la programación propia dejará paso paulatinamente a la producida desde Voice of America, la emisora oficial del Gobierno norteamericano.
La implantación de Radio Liberty en Pals significó la creación de un paraíso laboral en la España franquista. Los 200 trabajadores contratados fueron los primeros en gozar de la implantación de las 40 horas semanales y en recibir incrementos salariales de acuerdo con el IPC.
Acontecimientos como la desintegración de la URSS y la caída del muro de Berlín cuestionaron la continuidad de Radio Liberty como medio para combatir el comunismo. No lo entienden así algunos trabajadores o ex empleados del centro de Pals. "Aún queda mucho trabajo por hacer hasta la plena consolidación del sistema democrático en los países del Este", indica Volodimir Borachok, un ciudadano ucraniano que entre 1962 y 1990 trabajó en la emisora.
Borachok, uno de los numerosos disidentes de la antigua Unión Soviética que se integraron en las plantillas de los distintos centros emisores de Radio Liberty en Europa, se jacta de haber prestado "un auténtico servicio" a la libertad en Europa y atribuye a la emisora un papel decisivo en los cambios que se han producido en los países del Este.
"Jamás se utilizó la radio para hacer propaganda anticomunista", afirma Borachok. "Nuestra misión era ofrecer a la sociedad soviética una información que le era ocultada sobre un sistema alternativo al suyo, democrático y libre". Borachok, sin embargo, ya es consciente, sin embargo, de que su opinión no es compartida por todo el mundo.
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