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GRUPOS DE AUTOAPOYO

Retrato de 50 mujeres que han vencido al cáncer de mama

Ni los médicos ni las propias mujeres son conscientes de la fuerte identificación de la mama don la esencia femenina hasta que no aparece el fantasma de la mutilación por culpa del cáncer. "¿Para qué las quiere ya a su edad?", tuvo que escuchar una paciente madrileña de su especialista. Lo recordaba la pasada semana en una reunión con unas 50 mujeres operadas de mama que se celebró en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. La vida después no es mejor ni peor, sólo distinta, dicen. Se han organizado inconscientemente para pasarse unas a otras un mensaje de optimismo, en las salas de espera, allí donde tienen oportunidad. Y sobre todo para reivindicar algo, que aseguran apenas se practica: información médica completa para participar en la decisión quirúrquica.El trauma, el sufrimiento y la ruptura emocional que padecieron estas mujeres hace años apenas se refleja hoy en sus actitudes. Hasta son capaces de bromear con la realidad más cruda. "Yo tengo las costillas peladas. Podría tocar la guitarra en esta parte de mi cuerpo", comentaba una mujer de mediana edad mastectomizada de los dos pechos e interesada en saber si podría someterse a una cirugía de reconstrucción.

Sí es posible con las técnicas actuales reconstruir una mama, insistía Francisco Abril, cirujano plástico del Ramón y Cajal y organizador de esta reunión. No todos los resultados son excelentes, les advirtió. Pero constituye una alternativa clara para paliar lo que una de las pacientes describió con toda crudeza: "No podía mirarme de frente al espejo. Nada más levantarme me ponía el sujetador con las prótesis. Sufrí mucho", recordaba con lentas pausas. "Perdí el apetito sexual... Pero ahora soy otra persona. He recuperado... ".

"¿El escote?", terminó la frase el médico entre risas. Sí, el escote y mucho más que relató. "Lo que necesitamos es asesoramiento", repetía la paciente.

Las que estaban en mitad del proceso escuchaban a las veteranas con extremo interés. Una de ellas expresó en alto sus dudas sobre la reconstrucción mamaria. "Y si no me queda bien ¿cómo vuelvo atrás?"

"Hazlo, hazlo", le conminaban las reunidas. Una mujer joven les empezó a contar: "Es fundamental que nosotras decidamos lo que queremos. Yo tuve cáncer de mama con 29 años. En ese momento decidí que sólo quería someterme a cirugía parcial y, tiempo después, cuando recaí y tuvieron que hacerme una mastectomía radical, no sufrí ningún trauma porque había sido yo la que había tomado la decisión".

Participación en la decisión médica y comprensión. Es lo que reclaman para llegar a buen puerto en el cáncer de mama, una patología que afecta a una de cada 10 españolas, con 3.000 nuevos casos diagnosticados cada año. "La evolución de esta enfermedad es mejor cuando las mujeres reciben información y el médico les da capacidad de elección", aseguró la doctora Santos, psicóloga del hospital, durante su intervención en la sesión. Las preguntas que ha recopilado en su larga experiencia de apoyo a mujeres intervenidas se repiten año tras año, : "¿Nunca más voy a ser mujer?; ¿cómo me voy a comunicar con mi pareja?; ¿que le voy a ofrecer si ya ni siquiera soy atractiva para mí misma? El reto que ella se plantea cada día es "cómo convencerlas de que su identidad de mujer sigue ahí aunque no tengan una mama". El tiempo pone las cosas en su sitio, aseguró la psicóloga.

Pero mientras pasa el trago, hay una serie de reacciones que las mujeres llevarían mejor si las conocieran de antemano. "El peor periodo es el del diagnóstico, en el que hay que tratar a la mujer con más cuidado", indicó la ginecóloga Elena Arnedo, invitada a comentar su experiencia profesional de 16 años en este campo.

En la segunda fase, la hora de decidir, es fundamental dar a la mujer tiempo para escoger entre las diferentes alternativas, insistió la ginecóloga.

Tras una tercera fase en la que se entra definitivamente en el tratamiento se alcanza la cuarta y última, "la verdadera recuperación", explicó Elena Arnedo. "Hay que vivir como antes, aunque es mentira que todo siga igual. Cada vez que se oye algo sobre el tema se revive el proceso personal. Cerrar los ojos ante ello es inútil. Uno debe vivir la realidad, pero con esperanza, porque en este tema, la información está sesgada. Nadie habla nunca de las mujeres que sobreviven".

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