"Quiero una Europa competitiva y con gran protección social"
Carlos Ferrer Salat (Barcelona, 1931) preside desde hace un año el Comité Económico y Social (CES) europeo, órgano consultivo de la UE y "la voz de los ciudadanos organizados", según él mismo. Ex presidente de las patronales europea y española, miembro de la Trilateral y de la Asociación para la Unión Monetaria, es, ante todo, empresario. Presidente del grupo farmacéutico Ferrer Internacional y consejero de otras compañías, es partidario de reformar el modelo social europeo para no tener que desmantelarlo.Pregunta. ¿Dónde están los españoles dentro de la UE?
Respuesta. Llevamos retraso. Otros llevan 40 años acostumbrándose a la competencia. Poco después de nuestra entrada (1986) se han desencadenado tres revoluciones. Una tecnológica: cada nueve meses, los productos de la IBM quedan obsoletos. Otra económica, por la globalización y la libre circulación de capitales. Y otra, de mentalidad, pues los menos desarrollados son los más liberales. Nos toca afrontar un esfuerzo mayor.
P. ¿Qué Europa quiere para el año 2000?
R. Una Europa competitiva y que conserve un alto grado de protección social, el modelo europeo. Y quiero que España alcance el nivel de los países más desarrollados, con un paro no superior a la media.
P. ¿Un hombre de derechas defendiendo la protección social?
R. ¡De centro! Yo aquí represento también a CC OO, porque en el CES están los empresarios, los agricultores, los sindicatos..., y me votaron por unanimidad. Como presidente de la CEOE, hice los primeros pactos sociales de España, que sirvieron Para consolidar la economía de mercado y estabilizar la democracia. Como presidente de UNICE [la patronal europea], restablecí el diálogo social con la Confederación Europea de Sindicatos. Cuando se discutía el Tratado de' Maastricht, nosotros, UNICE y CES, lanzamos un documento sobre la competitividad. Delors lo incorporó a su Libro Blanco. El pasado mayo, como CES, lanzamos un programa de reformas estructurales necesarias para ser competitivos.
P. ¿Qué propone sobre el modelo social europeo?
R. A todos nos preocupa cómo conservarlo. Hay que reformar para conservar, para no tener que desmantelar. Cuando en algunos países los trabajadores cobran 30 pesetas / hora y en los nuestros 3.000, ¿cómo hacer frente a esa competencia habiendo libertad de circulación de mercancías? ¿Cómo hacerle frente manteniendo el modelo social? La Comisión y los Gobiernos de los Quince están de acuerdo en la necesidad de grandes reformas estructurales: de la protección social y del mercado de trabajo. En cada cumbre se reiteran. Europa tiene un paro del 11%. Con un crecimiento del 2,5% o del 3%, en el 2000 habremos reducido el paro sólo al 7%. Para bajarlo al nivel norteamericano, al 5%, debemos emprender las reformas.
P. ¿Quién pone el cascabel al gato?
R. Ése es el problema. Los Gobiernos no se atreven a poner en práctica las reformas: se han de tocar todas las grandes partidas, las pensiones, el seguro de desempleo... EE UU ha creado 36 millones de empleos en 20 años, 31 en el sector privado. Europa, sólo cinco millones, todos en el público.
P. El problema es dónde se sitúa la línea divisoria entre reforma y desmantelamiento.
R. Es lo que debemos pactar. Un día Solbes me dijo: "Si me das la solución a este problema, me los has resuelto todos". El CES está trabajando en ello.
P. ¿Y en España?
R. Las reformas requieren tiempo. Un Gobierno no puede emprenderlas al final de su mandato, sino que debe hacerlo en sus dos primeros años.
P. ¿Estará España en la moneda única?
R. Creo que la unión monetaria empezará en 1999. España debe aspirar a entrar en 1999. Si no, en 2000 o 2001. Y debe resolverse la relación entre los que estén dentro, los in, y los de fuera los out. Los candidatos a out temen que el núcleo duro les imponga su ley y les dificulten después la entrada. A los in les preocupa verse rodeados por países con monedas devaluadas que les inunden de exportaciones. Ya sucede en parte hoy. Habrá que llegar a un pacto entre unos y otros. Porque un mercado único es difícil de mantener sin una moneda única. España debe tratar de integrarse, pero siempre que consiga reducir la inflación al nivel alemán, ya que, si no, sus costes comparativos aumentarán y perderá competitividad.
P. ¿Ve al PP convencido de la necesidad de la ortodoxia económica, dispuesto a cumplir los criterios de Maastricht y a emprender las reformas estructurales?
R. Confío, pero dudo de que quieran y de que, si llegan a querer, puedan hacerlo.
P. ¿Cómo funciona la presidencia semestral de la UE?
R. España tiene bastante prestigio, aunque algo deteriorado por los problemas internos. Pero noto respeto por la capacidad y eficacia de los representantes españoles. No recibo quejas.
P. ¿Qué se propone hacer en el CES?
R. Esta casa representa la sociedad civil europea. Hemos elaborado 3.000 dictámenes sobre proyectos de ley. Y queremos incrementar la línea de trabajo iniciada con el estudio sobre el mercado único.
P. ¿El problema de Europa es de liderazgo?
R. Hay un liderazgo para la integración, el de Kohl. Un día me dijo: "Ya hemos unificado Alemania, ahora debemos unificar Europa".
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