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El cinturon rojo se alza contra la ampliación de cuatro barrios de Madrid

José Manuel Romero

Alcorcón y Leganés, dos municipios del denominado cinturón rojo, y Alcobendas, se han alzado contra las intenciones expansionistas de Madrid. Los responsables socialistas de las tres ciudades, cuyas poblaciones suman 415.000 habitantes, piensan que el PP, que gobierna, en el Ayuntamiento de Madrid y en la Comunidad, quiere taponarles. Se sienten ahogados por las 37.000 viviendas previstas en los cuatro nuevos barrios de las afueras de la capital y por las 10.000 casas más que ahora negocian el gobierno de José María Álvarez del Manzano y el de Alberto Ruiz-Gallardón (véase EL PAÍS de ayer) para cuadrar las cuentas.Por el norte y por el sur, el alcalde pactó en febrero con el Gobierno regional de Joaquín Leguina la creación de cuatro barrios (Sanchinarro, Las Tablas, Monte Carmelo y Carabanchel) para 37.000 viviendas, El incremento propuesto (para llegar hasta 47.000) se basa en que el Ayuntamiento necesita más dinero -que obtendría vendiendo más suelo para pisos de precio libre- a fin de urbanizar los terrenos y llevar hasta ellos las carreteras y el metro.

Los regidores socialistas del norte y del sur han reventado. "Si no queríamos caldo, ahora nos dan tres tazas", explican.

Leganés, Alcorcón y Alcobendas han emprendido una batalla legal para frenar el avance de Madrid. Los tres municipios han presentado alegaciones a los huevos ensanches porque, dicen, colapsarán las vías de conexión de sus localidades con la capital.

Los concejales no entendían ayer los nuevos planes del Ayuntamiento para concentrar más viviendas en los cuatro barrios. Todos denunciaron la operación.

"El PP crea barrios dormitorio, como en otras épocas", dice el PSOE. Álvaro Couso, edil de Urbanismo en Leganés, dispara contra el PP: "Si ya nos dificultaban nuestra salida natural a través de Carabanchel y la Vía Lusitana, que se iba a colapsar con la nueva población, ahora pretenden meter más gente". En el nuevo barrio de Carabanchel hay aprobadas, de momento, 7.900 casas, aunque el PP tiene la intención de levantar al menos 3.000 más. "Ahora no les parece suficiente y lo quieren modificar cuando tienen el poder en las dos administraciones. Se trata de satisfacer a elementos claramente especulativos, como son algunos promotores inmobiliarios. No entiendo por qué les cuadraban las cuentas hace unos meses y ahora no", remacha Couso.

En Alcorcón, su alcalde, el socialista Jesús Salvador Bedmar, pide a Madrid que reduzca el número de viviendas previsto en Carabanchel. Este municipio quiere crear un pulmón verde donde Madrid dibuja pisos. "Les beneficiaría más que a nosotros porque lo utilizarían más. Su plan actual se vuelca entero en las viviendas y se olvida de la zona verde", señala el regidor, informa Francisco J. Barroso.

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Por el norte, Alcobendas mira con preocupación los tres nuevos barrios proyectados en las afueras de la capital. Este municipio ha pedido a Madrid que reduzca el número de viviendas previsto (29.407 antes de la ampliación que ahora- solicita el Ayuntamiento). "La gente que va a vivir allí, unas 90.000 personas, supera a los residentes actuales de Alcobendas (88.000) y van a atascar todas las conexiones viarias existentes", dicen los dirigentes socialistas de Alcobendas.

El grupo socialista combatirá en el Parlamento regional la ampliación. Juan Antonio Ruiz, diputado regional, apunta: "El PP pone en marcha una política de vivienda dirigida al agotamiento del suelo del municipio de Madrid con el objeto de crear barrios dormitorio que recuerdan de otras épocas".

Compromisos privados

Izquierda Unida también torpedea el aumento de viviendas que negocia el Ayuntamiento con la Comunidad de Madrid. Adolfo Gilaberte (IU) ataca estos planes: "El crecimiento propuesto es sin duda consecuencia de los compromisos privados que el PP tenía con ciertos promotores. Nosotros no somos partidarios de macizar estos barrios incrementando su edificabilidad.

Según Gilaberte, todas estas "nuevas ciudades" -"porque así hay que considerar a cada uno de los barrios, donde van a vivir más de 30.000 personas por término medio", explica- perjudicaran a los municipios periféricos. El diputado regional de IU avanza consecuencias catastróficas si el Gobierno de Rúiz-Gallardón acepta la propuesta del Ayuntamiento. "Se puede paralizar mucho la construcción, de viviendas en Leganés, Alcorcón, Alcobendas o San Sebastián si se lanza una gran oferta en los bordes de Madrid". La quiebra de estos barrios, según IU, puede ser inminente.

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